Maldito 1%

XAVIER SARDÀ

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Una indecente minoría corta el bacalao y lo seguirá haciendo. Así de claro. Interesante libro el de Thomas Piketty El capital en el siglo XXI. Se habla sobre todo de los mecanismos de acumulación y desigualdad en 20 países del mundo occidental, especialmente en Estados Unidos. En EEUU, los que están dentro de la burbuja (sobre todo los republicanos) saben cómo convencer a un amplísimo sector de ciudadanos: los intereses de los empresarios y de las grandes corporaciones son los intereses de todos los ciudadanos americanos. Vamos, que lo que es beneficioso para los de arriba acaba siéndolo para los de abajo. ¿Les suena? Esta afirmación tiene un pequeño fallo: es falsa. Es falsa en América y en todas partes.

Sucede que con una extraordinaria desinhibición va creciendo la acumulación de beneficios en manos de una pequeña élite. Han cortado ya la «mano invisible» de Adam Smith que, como un dios del liberalismo, tenía que corregir por vía natural los mercados. A los mercados ya no los corrige ni dios ni su mano. Si acaso se reparten migajas para evitar estallidos sociales.

Segun Piketty, estamos en el camino de regreso al «capitalismo patrimonial», en el que los resortes de la economía están dominados no solo por la riqueza sino también por la riqueza heredada. Vamos, que el nacimiento en una determinada familia vuelve a ser más importante que el esfuerzo y el talento. ¡Ojo!: seis de los diez estadounidenses más ricos ya son herederos en lugar de empresarios hechos a sí mismos. Los hijos de la élite actual parten de una situación de privilegio oceánico. Al final Barberà tendrá razón, oigan: según Piketty, «el riesgo de una deriva hacia la oligarquía es real y hay pocas razones para el optimismo».

Los egoísmos de siempre

Hay un tema que parece excitar sobremanera a la derecha del orbe cristiano en su conjunto: los que viven exclusivamente de la riqueza heredada deberían estar exentos de impuestos. Muchos conservadores -dice Krugman al analizar el libro de Piketty- viven dentro de una burbuja intelectual de los think tanks y de  medios de comunicación en cautividad que se financian por un puñado de megadonantes. No es sorprendente, como ya hemos dicho, que los que están dentro de la burbuja tiendan a asumir, por instinto, que lo que es bueno para los oligarcas es bueno para  Estados Unidos.

En fin, nada nuevo bajo el sol. Los egoísmos de siempre vestidos de bien común. En 1979 el 1% de los hogares americanos representaron el 17% de los ingresos del negocio. En el 2007, el mismo grupo estaba recibiendo el 43% y el 75% de las ganancias de capital. De este 1% de cada país no nos independizan ni Junqueras ni el sursuncorda.