Editorial

Lucía Caram gana el Català de l'Any

Los lectores de EL PERIÓDICO reconocen un año más el esfuerzo de personas y colectivos que trabajan por un futuro mejor

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Lucía Caram, religiosa dominica y entusiasta activista social en defensa de los colectivos más desafavorecidos, se alzó anoche con el premio Català de l'Any, que anualmente conceden los lectores de EL PERIÓDICO. Tras una disputada votación, la ganadora se impuso a los otros dos candidatos que habían alcanzado la ronda final: Eduard Gratacós, médico pionero en la cirugía fetal, y el periodista Jordi Évole, toda una referencia en el mundo de la comunicación actual.

Nacida en Argentina y vecina de Manresa, donde vive en un convento desde 1994, Lucía Caram se ha convertido en una de las figuras más populares y comprometidas de la Iglesia que lucha contra la pobreza y la desigualdad en tiempos de severa crisis económica. A pesar de pertenecer a una orden de clausura, esta religiosa de gran energía expresiva y vital consigue que sus mensajes, siempre reivindicativos, lleguen nítidos al gran público a través de su ingente obra social y de su presencia activa en los medios audiovisuales y las redes sociales. El veredicto de los lectores de este diario constituye, en tiempos de tanta flaqueza, el mejor y más sabio reconocimiento a la trayectoria de una indesmayable luchadora social.Es ese mismo sentido de compromiso con los más débiles el que acompaña al Premi Mercè Conesa a la mejor iniciativa solidaria que ha obtenido la Alianza contra la Pobreza Energética, la plataforma que ha dado visibilidad al drama de tantas personas cuya precariedad les impide hacer frente a los pagos de los servicios domésticos más elementales. La aspiración a conseguir un futuro mejor, otro de los ejes sobre los que giran estos galardones, también ha sido reconocida con el premio a la mejor iniciativa empresarial concedido a la compañía norteamericana Hewlett Packard por su decidida apuesta para diseñar desde Catalunya el futuro de la impresión 3D con una notable inversión económica y de oferta de empleo.

Un año más el pódium final del Català de l'Any expresa su decidad voluntad de distinguir la trayectoria de personas cuyo talento y esfuerzo cotidiano constituyen un ejemplo de compromiso y de trabajo en común por encima de las ambiciones personales. Ese mismo ejemplo que en tiempos de crisis económica, social y, sobre todo, de valores resulta más necesario que nunca para conseguir una sociedad más justa y solidaria.