'Love democracy'

Vivimos en un país ciertamente peculiar. Anna Gabriel ha dicho: «Es mejor que nos situemos en un escenario de confrontación democrática y no que la gente crea que su papel es de mera espectadora». Y ha añadido que no asistiremos a «un 'procés' que irá de forma pacífica» y que será necesaria la «movilización». Es el panorama que nos espera en los próximos meses y que, de alguna manera, comenzará el próximo lunes, con la comparecencia ante el tribunal de Mas y compañía. Muchas cosas dependerán del grado de intensidad de estas masas que, para algunos, defienden la democracia y, para otros, la conculcación de la ley.

Mientras tanto, las organizaciones independentistas promueven la campaña 'Love democracy', que dicen que es un homenaje a Pau Casals y su discurso ante las Naciones Unidas. Casals no dijo concretamente que amaba la democracia sino la paz, pero ya nos entendemos. Lo que pasa es que en todos los ejemplos de «resistencia pacífica» que se mencionan, en todos, hubo, en un momento u otro, violencia. Esta iniciativa, amable y seductora, se anuncia en unas cuñas de radio mezclada con diversa propaganda de cosméticos, seguros y filtros para el agua del grifo. Es bastante extraño comprobar cómo la movilización llega por esta vía. Tiene un curioso parecido con una excursión dominical al Área de Guissona, con degustación  incluida.

Somos un país peculiar. Nos debatimos entre el estallido revolucionario y la barbacoa.