Los votantes silenciosos

"O se asume que la mayoría silenciosa tiene derecho a votar o convertiremos el derecho en un mantra divinizado inalterable que acabará llevando al Estado al colapso total"

La plaza de Catalunya en el día de la Hispanidad.

La plaza de Catalunya en el día de la Hispanidad. / periodico

XAVIER GINESTA

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Son 1,6 millones frente a 160.000 personas. Si quisiéramos poner cifras a los votantes del 'sí' y del 'no' a la independencia, ahora mismo solo podríamos tener esta referencia numérica, o algunas encuestas --más o menos tendenciosas en función de quién la encarga--. Poco más. Pero, desgraciadamente, hacer una radiografía superficial de todo este zafarrancho nos lleva a análisis poco coherentes. Las mayorías silenciosas, tanto si se mira con ojos independentistas como con ojos unionistas, existen. Estas tampoco son propiedad de nadie, más que de la conciencia individual de todos los que se quedaron en casa.

No obstante, los aparejadores de los partidos se empeñan en querer marcar la agenda, en imponer su argumentario, en atribuir comportamientos a la "mayoría silenciosa" que quizá no se corresponden con lo que realmente piensan los ciudadanos. Todo esto, por mucho que los hechos puedan denotar lo contrario. Y vale para ambos sectores, los favorables y los contrarios al derecho a decidir. Era curioso ver cómo los partidos que apoyaron el acto del Doce de Octubre en la plaza de Catalunya (Ciutadans y el PP) estaban más eufóricos que los propios organizadores, la plataforma Som Catalunya, Somos España, que reconocía que esperaba más gente a la concentración y que aún queda mucho trabajo por hacer para convencer a muchos catalanes de las bondades de seguir perteneciendo a España. No hace falta decir, sin embargo, que por el otro lado los que lideran la cruzada por el derecho a decidir (Govern y ERC) continúan teniendo que hacer frente a los sabotajes de los socios de Unió, que marcan paquete cada vez que la situación lo permite.

No pondré en duda que Unió, como partido que es, tiene todo el derecho a expresar su opinión sobre el escenario que vive el país. Pero posiblemente esta disidencia con la línea oficial de la federación pone en entredicho el grado de lealtad que los líderes del partido tienen con el proyecto de Artur Mas. Presidente, la cohesión del proyecto se tambalea. Y, a veces, se hace muy evidente. De hecho, en este inicio de semana el mismo el secretario general de UDC, Josep M. Pelegrí --que también es 'conseller' de Mas--, ha expresado que la consulta no se puede plantear en términos de blancos y negros, así como también que "determinados planteamientos [sobre la consulta] son de radicalización". Golpe de mano de los 'duranistas' a las tesis que mantienen Ciutadans y PP, que aseguran que la tensión social en Catalunya aumenta cada día. De hecho, este 'frame' --marco mental de interpretación-- es de las bombas que más daño pueden hacer al argumentario independentista: el proceso ha conseguido tantos adeptos porque se ha hecho serenamente, abriéndose más o menos al diálogo --según qué portavoz parlamentario lo valore-- y liderado por una sociedad civil, la ANC, que ha planteado el debate de forma no excluyente.

La respuesta a todos estos supuestos de la clase política la tendrá la misma ciudadanía. La mayoría silenciosa. Desgraciadamente, estamos en una coyuntura donde conseguir el derecho a ser consultados no resultará fácil . Nada ! El corsé constitucional es la espada de Democles para quien debe organizar la consulta , y la vieja guardia visigótica tampoco ayuda a buscar un entorno sereno donde prevalezca el consenso : "Quien ignora la Carta Magna va en contra de la voluntad nacional", espetó el expresidente José María Aznar. Ahora bien, resulta evidente que la situación en Catalunya ha llegado a un punto de no retorno y que la responsabilidad recaerá, tarde o temprano, sobre los presidentes Mariano Rajoy y Artur Mas. O bien se asume que la mayoría silenciosa tiene derecho a votar, o convertiremos el derecho en un mantra divinizado inalterable que acabará llevando al Estado al colapso total. ¡Si no lo está ahora!