La clave

Los valores de 'Charlie Hebdo'

JUANCHO DUMALL

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En un país como este, que durante décadas ha sufrido los zarpazos del terrorismo, puede entenderse muy bien el dolor y la indignación de los parisinos, de los franceses y, en general, de los demócratas, ante el salvaje atentado de ayer. Un ataque brutal del fanatismo dirigido contra una revista que, a través del humor, ejercía la crítica ácida de los extremismos religiosos. Lo hacía desde los postulados formulados precisamente en la capital francesa tras la revolución de 1789, que apeó a la jerarquía católica de su posición privilegiada y fue el germen para que, un siglo después, quedaran definitivamente establecidas la separación de Iglesia y Estado y la libertad de expresión.

Esos valores, los que fraguaron el mundo libre que hoy conocemos, fueron los que el semanario Charlie Hebdo exhibió para defender la publicación de viñetas que tenían a Mahoma como protagonista u otras que irritaban a determinados sectores judíos y católicos. Los dibujantes satíricos de la revista podrían haber cedido a las presiones integristas y centrar sus dardos en otros territorios. Pero no lo hicieron para defender así los principios democráticos. Algunos de ellos pagaron ayer con su vida esa valiente decisión.

Tentaciones populistas

Francia, república pluricultural y laica en la que viven seis millones de musulmanes, ha sufrido tensiones sociales derivadas del fenómeno de la inmigración masiva y de la convivencia de creencias tan arraigadas como el catolicismo y el islam. Pese a las tentaciones populistas, el Estado siempre ha preservado los fundamentos republicanos de respeto a todas las creencias. Sería muy grave que, horrorizada por los disparos asesinos de ayer, la sociedad francesa, que también sufre la crisis económica, diera alas a la islamofobia. En tal caso habría triunfado la parte de provocación que tiene este atentado.

Del mismo modo, cualquier reacción que pretenda justificar, comprender o disculpar esta barbarie basándose en la presunta radicalidad de los periodistas de Charlie Hebdo tendrá siempre enfrente a quienes defendemos los valores, tan maltratados hoy, del pluralismo y la libertad.