Los silencios de Luis Enrique
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
EMILIO PÉREZ DE ROZAS
Ustedes y yo ya vamos entendiéndonos, así que comprenderán que algunas cosas nos las tomemos ya con la filosofía de aquel que ha decidido no llevarse sorpresa alguna cuando acude a un lugar donde lo normal, lo habitual, lo fijo, lo sabido, es que no pase nada. Y cuando escribo ‘nada’ y ustedes leen ‘nada’, es ‘nada’.
Nosotros vamos porque tenemos que ir (ya saben el aforismo doméstico de que “si hay que ir se va…pero ir por ir es tontería”), vamos porque nos mandan, vamos porque debemos informar y todavía hay quien se cree que vamos porque somos intermediarios entre la palabra del representante del Barça y los socios, seguidores, aficionados e hinchas barcelonistas.
Cuentan que Luis Enrique ordena poner el aire acondicionado (sí, sí, incluso en el apacible enero y fantástico febrero) poco antes de su llegada para que sus gélidas palabras no desentonen con el ambiente de la sala de prensa de la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Este martes, sin ir más lejos, le he dicho al nuevo colega del diario ‘As’, un ser encantador, que no se sacara la chaqueta; se ha reído de mí y, al rato, se la ha tenido que poner.
Bueno, pues eso, que en ese frío las palabras de ‘Lucho’ se convierten en estalactitas nada más salir de su boca. Porque él no está allí para contar nada, ni para que nosotros le expliquemos ‘ná de ná’ ni al socio, ni al seguidor, ni al aficionado, ni al hincha del Barça. Luis Enrique va porque es la obligación que más le duele cumplir, pero la cumple. A su manera, sí. Salpicada de silencios, que es sinónimo de frío, de indiferencia, de no tener necesidad de nosotros ni de nadie.
Nuestros jefes ya saben que de allí no vamos a sacar noticia alguna. Ni confirmación. Casi ni desmentidos. Pocos chascarrillos o ninguno. Es más, ahora ya hay un montón de web (la mismísima de EL PERIÓDICO) que transmiten en directo la conferencia de ‘Lucho’, así que muchos (periodistas) ya ni van. Yo voy. Porque es mi trabajo. Y porque me gusta ver repetida la patética conversación que Luis Enrique mantiene con nosotros. Y porque un poco de frío, en medio de tan buen invierno, no va mal.
Y mira que este martes, por poner un ejemplo, era un día para lucirse. Pero el míster azulgrana hace ya meses que solo quiere lucirse con los suyos, allá dentro, en su despacho, en el campo de entrenamiento, en el estadio, ganando, estableciendo récords, triunfando con su ‘dream team’, haciendo historia, convirtiéndose en el mejor de los mejores. Tanto (y no me lo tomen en cuenta) que hasta pienso que si se convierte en el primer ‘crack’ (¡ni Pep Guardiola lo ha conseguido!) que gana dos veces seguidas la Champions, igual se monta en el tsunami y se va.
Día antes de un partido de vuelta de semifinales de Copa del Rey, tras un 7-0 aplastante y con la comodidad de poder soltarse un poquito, ‘Lucho’ siguió siendo ‘Lucho’. Es decir, más que hermético. Gélido. Es lo que hay. “Si hay que ir se va…pero ir por ir es tontería”.
Si queríamos tranquilizar a la ‘gent blaugrana’ sobre la enfermedad o no de Leo Messi, nada de nada. “Es cosa personal, ya lo dirá el club”. Si queríamos saber, ¡que mira que era fácil!, si Piqué, Mascherano, Suárez e Iniesta, que están a una amarilla de no jugar la final de Copa se quedarían en casa, “ya veréis la lista de mañana”. Si queríamos saber por qué Bartra no va ni convocado, más de lo mismo. Si teme que los ricos chinos se lleven a su querido Alves, nada de nada. Y ante el terremoto que acaba de provocar Busquets diciendo que si se lo pide Pep o su mujer (la suya, la de ‘Busi’) podría dejar el Barça, Luis Enrique, que igual se va antes, dice que “buena pregunta para Pep y para Busi. Pero no para Luis Enrique”.
Yo volveré. Total “si hay que ir se va… pero ir por ir es tontería”.
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