Peccata minuta

Los Reyes de España

JOAN OLLÉ

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Doña Yolanda Barcina Angulo, presidenta en funciones de la Comunidad Foral de Navarra, me envía un correo electrónico invitándome el próximo miércoles 11 de junio a la entrega del Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2015, concedido este año al ensayista don Ramón Andrés González-Coboasí como al homenaje a los Reyes de Navarra, acto presidido por sus majestades los Reyes de España. Y aquí es donde me hago la picha un lío entre aceptar o declinar la gentil invitación de doña Yolanda. Me encantaría acompañar esta futura mañana de casi verano a mi maestro y amigo, el escritor y musicólogo Ramón Andrés -a mi parecer uno de los cráneos más limpios, sabios, discretos y silenciados que residen en Catalunya- para compartir un abrazo antes y después del premio y brindar con él y con los suyos (copa que pagaría el galardonado, naturalmente, porque hay una pastita de por medio) después del obligado ágape con sus majestades.

Pero eso de que Ramón comparta protagonismo con un homenaje a unos reyes antiguos, presidido por otros reyes, aunque jóvenes, herederos de lo viejo me invita a quedarme en casita y ver a mi amigo en el resumen de la tele. ¡Y es que no paran Letizia y Felipe! Hace una semana, le tocó a él, flanqueado por un 'president' al que se le escapaba la risa por los mofletes, ser pasto de los silbidos de millares de desaprensivos que habían pagado por ver fútbol y no para escuchar himnos o saludar a un espectador más distinguido que cualquier otro del gol norte o sur. (Y permítanme una mención al advenidizo Pedro Sánchez, camisa blanca de su esperanza, a quien le faltó tiempo para telefonear al monarca para asegurarle que él y el PSOE estaban por la labor).

Messi y Xavi

Aquella noche solo hubo un rey por méritos propios, y no por azar, y se llamaba y se llama Lionel Messi. Y una institución que nunca será silbada, que responde al plebeyo nombre de Xavi Hernández.

Pocos días después, la pareja real fue aerotransportada a París, donde hubo cena de gala con la presencia de altísimas personalidades del pensamiento hispano-galo, como Inés Sastre, Luz Casal o el torero Jean-Baptiste Jalabert, alias 'Juan Bautista'. ¿Dónde estaban los nobeles Le Clézio y Modiano, por citar solo dos nombres? En casita, supongo, ajenos al patriótico desfile de vestiditos. Dicen que el discurso de don Felipe fue muy aplaudido, como no podía ser de otra manera.

No, no iré a la Pamplona de Ramón Andrés este próximo miércoles de casi verano, porque me cuesta entender que una pareja real, empeñada en ser contemporánea, consiga adaptarse a la realidad, a pesar de entregar premios de una institución finisecular a personas cuya profesión es imaginar el mañana.