Editorial

Los retos de la Oficina Antifrau de Catalunya

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Sin ningún voto en contra, el pleno del Parlament ha elegido al magistrado Miguel Ángel Gimeno director de la Oficina Antifrau de Catalunya (OAC), la institución que se encarga de la lucha contra la corrupción en la esfera pública y cuya imagen se halla muy deteriorada desde que estalló el 'Fernandezgate'. El escándalo que protagonizó su predecesor, Daniel de Alfonso, al filtrarse sus conversaciones con el ministro de Interior en las que ambos maquinaban operaciones contra políticos independentistas, ha llevado a la OAC a una crítica situación, agravada aún más por la política de ceses que la sustituta interina de De Alfonso puso en marcha tras la destitución de este.

Es evidente que el primer reto del nuevo director será recuperar la confianza en una entidad ahora puesta en duda. El curriculum y trayectoria de Gimeno, que le auparon hasta la presidencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (de la que fue apeado por la mayoría conservadora del CGPJ)  y su moderación política le convierten en un magistrado idóneo para afrontar asuntos de alta complejidad como los que debe tratar la oficina antiafraude desde la estricta independencia jurídica y, sobre todo, política.

Bienvenida será ahora la auditoría interna anunciada -y cuyos resultados deberán ser conocidos públicamente- para regenerar una institución que despertó muchas esperanzas pero que no ha acabado de despegar desde la muerte de su primer responsable, el fiscal David Martínez Madero.