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Los nuevos 'standards'

Bob Dylan versiona diez canciones de Sinatra disco en un muy buen nuevo disco

JORDI PUNTÍ

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Bob Dylan acaba de publicar disco, Shadows in the night, y la novedad es que versiona diez canciones que en su día cantó Frank Sinatra. El álbum está muy bien, porque es una conexión poco evidente y Dylan traslada a su mundo esa melancolía habitual de Sinatra, la despoja del tono sentimental y la hace más íntima. Aunque, si el invento funciona, es sobre todo porque no hay standards por el estilo de My way, Under my skin o Fly me to the moon. La canción más popular que ha elegido Dylan es Autumn leaves y en general opta por perlas medio enterradas en el cancionero de Sinatra, como I'm a fool to want you, que también cantó Billie Holiday.Estos días también ha sacado nuevo disco la pianista Diana Krall. Se llama Wallflower, precisamente el título de una canción de Dylan que ella versiona. A diferencia de sus discos anteriores, Krall ha escogido una serie de canciones muy conocidas, de gente como Eagles, Carpenters o Elton John. Son temas populares de los años 70 y 80, que ponen mucho en las emisoras nostálgicas y habitualmente no se considerarían standards. Sin embargo ella las trata como clásicos, como si la forma de apropiárselas fuera acercándolas a la tradición del jazz cantado.

El concepto de standard es algo difuso. La mayoría de definiciones dicen que es una canción lo bastante popular para entrar en el repertorio musical, es decir, que todo el mundo la reconoce y la puede tocar. En realidad, el repertorio de standards conocidos como tales -sobre todo en cuanto a los americanos- es limitado. Desde hace unos años, para ampliarlo, el Lincoln Center de Nueva York programa conciertos en los que intérpretes actuales defienden nuevos standards. Así, canciones de Joni Mitchell, Tom Waits, Marvin Gaye o Fleetwood Mac, entre muchos otros, se han ganado el derecho de figurar al lado de las de Cole Porter, Jerome Kern, Burt Bacharach o Stephen Sondheim, por ejemplo. La iniciativa me hace pensar que, en el fondo, las versiones son como mentiras que nos creemos, juegos de la memoria para volver a escuchar como nuevas las canciones que más nos gustan.