CONTRAPUNTO

Los 'ninis' son un problema para todos

La crisis ha dejado a una cuarta parte de una generación sin oficio ni beneficio

SALVADOR SABRIÀ

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La que en su momento fue bautizada por algunos políticos como "la generación mejor preparada de la historia" puede convertirse también en la que ha encontrado menos oportunidades de utilizar esta experiencia en un empleo con un sueldo digno. Y por dos razones: no existe este empleo que se ajuste a sus conocimientos y el puesto de trabajo disponible se paga peor que los que ocupan los de la anterior generación.

Una de las consecuencias de ello y también de la estructura del mercado laboral en España es que este país se ha situado en el pelotón de cabeza de los miembros de Unión Europea (UE) con mayor número de jóvenes de 20 a 24 años que ni estudian, ni trabajan, los llamados ‘ninis’ninis. Una definición a la que cabría añadir que "ni tienen perspectiva de encontrar empleo". Serían los 'ninini', que incluso suena gracioso si no fuese por el drama que encierran estas tres sílabas.

El jueves, el servicio de estadísticas Eurostat actualizó los datos de ‘ninis' en la UE y los comparó entre sus miembros, destacando los de edades comprendidas entre 20 y 24 años. En esta franja, todavía hoy y tras un año de una intensa creación de empleo (aunque sea precario y mal pagado), uno de cada cinco de estos jóvenes estaba fuera del mercado laboral y de la enseñanza. También es cierto, y esto no lo destacaba Eurostat, que si se entraba al detalle de la encuesta se constataba que este porcentaje se ha ido reduciendo en los últimos tres años (del 26,3% del 2013 se ha bajado al 22,2% el 2015), aunque los sindicatos lo atribuyen más a una disminución del total de jóvenes activos que a un aumento de los empleados realmente.

Más preocupante todavía es el dato de los jóvenes de entre 25 y 29 años, los que deberían haber entrado en el mercado laboral durante esta crisis: uno de cada cinco no tiene oficio ni beneficio. Un porcentaje del 26% de ‘ninis’ que casi duplica al que había en el 2006 y que tiene además, vista la evolución de los últimos años, pocas posibilidades de encontrar un empleo, si no cambian las políticas laborales que han favorecido llegar a esta situación.

Esta cuarta parte de una generación que está quedando al margen de una vida activa normal para su edad es un problema grave del presente pero también del futuro. En un país en el que no paran de aumentar los pensionistaspensionistas, por el envejecimiento de la población, y la factura de las prestaciones a las que tienen derecho por haber cotizado por ellas, si una parte importante de la base de las nuevas cotizaciones, los jóvenes, acaba siendo también una carga para la sociedad será muy difícil que los números cuadren. ¿Alguien ha oído hablar de ello en las negociaciones para la investidura?