Los malos negocios

Artur Mas, que tanto criticó al tripartito, no deja una Catalunya más estable. Y Mariano Rajoy, que acusó a Zapatero de romper España, soporta la crisis mas grave del Estado desde la Constitución. Ninguno de los dos ha sido un buen negocio.

La campaña va a ser muy crispada pero mientras llega, mejor la sonrisa. Querer transmutar unas autonómicas en un plebiscito parece más cosa de un mago que de un estadista. Y que quienes abanderan el 'plebiscito' no sepan el resultado requerido para poder cantar victoria sorprende todavía más. Uno, el 'president' dice con aplomo que aunque los contrarios a la independencia sean más (saquen el 50% de los votos), si como consecuencia de la ley electoral española que rige (Catalunya no ha sabido hacer una ley electoral propia en 35 años) los separatistas sacan mayoría absoluta (68 diputados), ya hay legitimidad para ir hacia la DUI (declaración unilateral de independencia). ¿Se pretende un plebiscito pero el resultado debe leerse como si fueran autonómicas? Otros como la CUP creen que se precisaría también la mayoría de los votos. Y su portavoz David Fernàndez fija un mínimo del 55%. ¡El 'business friendly' Artur Mas más radical que quien amagó con tirar un zapato a Rato! Vivir para ver.

Y algunas cosas ocurridas desde el 2012 son chocantes. No sé de ninguna democracia occidental en la que el líder oficial de la oposición, con el subsecuente derecho a pantalla en la televisión pública, sea el mismo que el del partido que apoya al gobierno. Y la repanocha ha llegado cuando TV-3 ha entrevistado a Oriol Junqueras porque es el líder de la oposición pese a que va de número cinco en una lista electoral en la que el jefe de gobierno va de cuatro. Suena a tomadura de pelo. Y más si recordamos que en el 2012 la segunda lista en votos, pero con un diputado menos (por la ley española citada), fue la del PSC que encabezaba Pere Navarro. Pero claro, Navarro fue decapitado porque se quejó de que una señora nacionalista le diera una bofetada cuando se disponía a asistir a una primera comunión en la catedral de Terrassa.

PRESUPUESTOS ELECTORALISTAS

¿Se imaginan que TVE entrevistara como líder de la oposición a un aliado de Rajoy? ¿O que Pedro Sánchez fuera 'excomulgado' por denunciar que una señora del barrio de Salamanca le insultó al entrar en los jesuitas de la calle Serrano? No comparemos, porque España es un país de baja calidad democrática mientras Catalunya ha salido -creo- líder de transparencia en algún estudio aireado por la Generalitat. Y, por favor, no sean impertinentes y no saquen el 'caso Pujol', ni el del Palau de la Música de Millet. No tienen nada que ver con nada importante.

Pero el 44% de catalanes independentistas no son tontos. Tragan las 'tesis' jurídicas de Mas porque ha habido -y hay- maltrato. Cuando Montoro hace unos presupuestos algo electoralistas y la tensión en Catalunya es máxima, resulta que la inversión regionalizable del Estado en el 2016 será el 10% del total. Se pregona que sube por encima de la media pero se olvida que el Estatut fijaba el 18,5% para igualar la aportación catalana al PIB. No es solo por el Estatut. Es que no es racional (al menos para los que como el PP pregonan el libre mercado) que una de las regiones que crea más riqueza sea castigada en inversión pública para favorecer a Galicia y Castilla y León. Intuyo lo que piensa el liberal Albiol, me interesa más la reacción de la también liberal Inés Arrimadas, la candidata de Ciutadans.

Disculpen -si les incomoda- el tono del artículo. Todavía no ha empezado la campaña (salvo la de Mas) y es 6 agosto.