Los hombres me cuentan cosas

Si sumáramos todas las víctimas de la violencia machista en el mundo, la cifra superaría los muertos de cualquier guerra, desastre natural o epidemia

¿En qué andan las feministas?_MEDIA_5

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MARINA LLANSANA

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Este es el título del libro de la escritora norteamericana Rebecca Solnit Rebecca Solnitque Angle Editorial ha publicado en catalán: 'Els homes m’expliquen coses'. La anécdota que arranca el libro es vivida por la misma autora: en una fiesta de personas distinguidas, Rebecca Solnit se encuentra con un hombre que la alecciona con arrogancia sobre un libro muy importante que debería haber leído. Él se siente tan cómodo en su papel de hombre paternalista y condescendiente dirigiéndose a una jovencita ingenua que no se da cuenta que está recomendándole el libro a la propia autora.

A partir de esta anécdota, Solnit hace el retrato de un tipo de hombre que por suerte no es mayoritario pero que abunda bastante: aquel que insiste en contar cosas a las mujeres desde la supuesta autoridad moral que le otorga el género.

Todas las mujeres sabemos de qué está hablando Rebecca Solnit, todas hemos aguantado alguna vez a un hombre que nos contaba cosas que nosotras sabíamos mejor que él. Son anécdotas que, aisladas no representan nada, pero que sumadas explican muy bien hasta qué punto esta exhibición de autoconfianza masculina cohíbe y limita las mujeres a la hora expresar una opinión con naturalidad en el ámbito profesional.

ACABAR CON EL GENOCIDIO DE LAS MUJERES

En este nuevo 8 de marzo, cuando se despiertan conciencias colectivas, sería un buen momento para analizar estas razones profundas que llevan a las mujeres a la invisibilidad. Pero hay un drama tan mayor, que cuando se abre esta ventana de reivindicación de género en los grandes medios es necesario que la aprovechemos para denunciar la violencia contra las mujeres.

Cada ocho horas una mujer es violada en España, según datos del Ministerio del Interior en el 2016. En EEUU cada año mueren más de mil mujeres a manos de sus parejas o exparejas, lo que significa que cada tres años la cifra de asesinadas supera las víctimas del 11 de septiembre, sin que ningún gobierno emprenda ninguna cruzada para frenarlo. El feminicidio es una de las principales causas de muerte entre las mujeres jóvenes según la Organización Mundial de la Salud. Cada día llegan de todos los rincones del mundo noticias de acosos, violaciones en grupo, feminicidios.

Un goteo diario que, tal como explica magníficamente Rebecca Solnit, revela un patrón de violencia contra las mujeres que se produce simultáneamente en el conjunto del planeta. Si sumáramos todas las víctimas de la violencia machista en el mundo (reto difícil porque muchos países ni las cuentan) la cifra superaría los muertos de cualquier guerra, de cualquier desastre natural, de cualquier epidemia.

Si estos asesinatos se produjeran contra una raza, contra una religión o contra una clase social el mundo entero se habría rebelado. Pero se producen contra un género y no somos capaces de ver la gravedad del conjunto y darnos cuenta de que es un problema global, una auténtica pandemia que debería formar parte de la agenda política mundial, que habría que abordar como una gran crisis de derechos humanos, y así poder decidir qué tipo de cambios profundos necesitan las sociedades para acabar con este tipo de terror.