Análisis

Los espíritus del Madrid no descansan

Cristiano Ronaldo celebra un gol.

Cristiano Ronaldo celebra un gol.

DAVID TORRAS

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En Madrid han puesto en marcha la 'Operación Remontada', una versión más de un interminable coleccionable encabezado por el 'Espirítu de Juanito', la obra cumbre merengue a la que siguen recurriendo en las grandes ocasiones aunque les haya salido rana unas cuantas veces. La última, hace muy poco, en el derbi de Copa, cuando, tras invocar a los muertos con güija incluida, Torres les desmontó el hechizo en 50 segundos. Pero ahí siguen, inquebrantables, ni que sea porque el gol de Ramos de córner en el 93 que acabó en la 'Décima' les dé razones para seguir creyendo que el Madrid no acaba de morir nunca y, en cambio, ya hayan enterrado el sudor frío ante el Schalke o el disgusto de otro triplete frustrado, que en septiembre volverá a aparecer en portada.

Así que ahora, lejos de lamentar la ventaja perdida, y haber pasado de +4 a -4, han empezado a echar las cuentas de la lechera de toda la vida, al revés de lo que ocurriría en el Camp Nou. Ya lo hicieron después del clásico del que salieron reforzados... perdiendo. La 'Operación Remontada' se basa en dar por hecho el pleno al 27, mirando el calendario a su conveniencia. Barça y Madrid comparten rivales, pero el signo es distinto para unos y otros.

En el Barça, los debates son de otro carácter. Nadie o casi nadie suma los 27 puntos ni los 24 que aseguran el título. Y mucho menos después de un partido como el de Vigo que en el Bernabéu celebrarían sin reproches, al grito de "así gana el Madrid", el mismo que lanzarían desesperados la mayoría de culés. ¿Cuántas Ligas ha ganado el Madrid con partidos como el de Vigo? ¿Y cuántas ha perdido el Barça?

Así que el valor de la victoria es indiscutible. Nadie renuncia a los goles de estrategia ni a esos tres puntos. Pero en el Barça las discusiones futbolísticas se imponen sobre los espíritus y esa capacidad de verlo todo blanco. El problema es que a algunos les interesa asociar cualquier crítica al equipo con el deseo de que las cosas no vayan bien para debilitar a la junta. Como si no se hubiera debilitado sola y no tuviera una amplia lista de conflictos abiertos, con el expresidente y el presidente pendientes de ir a juicio y más de un directivo bajo sospecha por sus actuaciones profesionales al margen del club.

Hay quien sigue ironizando ridículamente sobre la posesión y el control, con una mala intención que delata la fobia que siempre sintieron por el Barça de Guardiola, y que les llevó a comparaciones de vergüenza ajena con Martino. Como si Messi no prefiriera este camino a cualquier otro. Como si Luis Enrique no se sintiera mejor con la aparición de Xavi en Vigo. Como si no se pudiera celebrar el gol de Mathieu y decir que el Barça jugó especialmente mal. Como si no se pudiera aprobar el fichaje de Neymar y denunciar que la operación ha sido una chapuza.