GEOMETRÍA VARIABLE

Los españoles rechazan todos los pactos de gobierno

Tras el coste de los dos grandes partidos ahora llegan los del pluripartidismo

JOAN TAPIA

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La última encuesta de EL PERIÓDICO daba un dato muy distinto a los sondeos con los que TVE nos obsequió ayer al mediodía. El PP ganaría con hasta 118 diputados, pero el segundo partido no sería Podemos, ya que la movilización del electorado socialista ha cambiado las cosas. Ahora la horquilla de Unidos Podemos y la del PSOE coincide en 83-87 escaños. El tan jaleado 'sorpasso' no es pues seguro.

Quiero y debo respetar todas las sensibilidades, pero a mi juicio -que es solo el mío- el 'sorpasso' no sería positivo. España sufre ya de tener una derecha que pese a sus virtudes tiene el gran defecto de ser demasiado 'indígena'. Y no sería bueno que el primer partido de izquierdas -pese a ser más generoso y menos centralista- pecara de un grado de 'indigenismo' todavía superior. Podemos está más lejos de las corrientes políticas dominantes en el mundo desarrollado y en vías de desarrollo -Europa y Estados Unidos, pero también la India o incluso China- que el PP. Tiene el toque de rebelión antieuropea a lo Tsipras, quien haciendo votar contra los “dictados de Berlín” ha acabado -víctima de la estulticia de Varoufakis- haciendo no ya de Rajoy sino de Rajoy al cuadrado. Y además como derrotado pedigüeño. No sería bueno que la alternativa a una derecha celtibérica -pese a estar integrada en el PPE- fuera una izquierda todavía menos europea.

Pero lo principal de todas las encuestas -de todas- es que indican que formar gobierno tras el 27-S va a volver a ser muy complicado. Según EL PERIÓDICO, la suma de la derecha (PP y C's) se queda en el 43,2% de los votos mientras que la de la izquierda (PSOE y Podemos) alcanza el 45,9%. Un 'cuasiempate' que la posible alianza de Sánchez y Rivera (36,8%) no sirve para desbloquear.

Nos felicitamos de haber superado los inconvenientes del bipartidismo pero todavía no hemos adaptado nuestra mentalidad a las complicaciones y a las necesarias alianzas algo 'contranatura' a las que puede obligar el pluripartidismo. Y el fallo no es solo de los tan criticados políticos, sino también de los ciudadanos de a pie.

En efecto, 'El Mundo' preguntaba el domingo por todas las posibles alianzas de gobierno y ninguna -repito ninguna- era aprobada por los españoles. La de la derecha PP-Ciudadanos registraba un saldo desfavorable de 7 puntos (45% a favor y 52% en contra). Y en la de izquierdas PSOE-Podemos el saldo negativo subía a 32 puntos. El saldo contrario a un gobierno de toda la derecha mas el PSOE era de 19 puntos y el de toda la izquierda más Ciudadanos se disparaba hasta 47.

Lo mas grave es que la gran coalición entre los dos grandes partidos -a la que se ha recurrido por ejemplo en Alemania y por la que aboga ahora Rajoy tras cuatro años de rodillo de su mayoría absoluta- tampoco gusta. Un gobierno PP-PSOE sería aprobado por el 36% de los encuestados pero rechazado por el 62%. Un saldo negativo de nada menos que 26 puntos.  

Y claro, a nadie se le ha ocurrido preguntar, en el caso de que hubiera 'sorpasso', por una gran coalición PP-Podemos. No porque el 'sorpasso' no sea posible, sino porque la alianza es absolutamente inimaginable por la total incompatibilidad (excepto para atacar al PSOE) de Rajoy Iglesias.  

Así pues, se forme el gobierno que se forme -si al final se forma- la mayoría de ciudadanos quedará insatisfecha. Pecamos de 'indigenismo'. Aplaudimos haber superado el corsé del bipartidismo, pero no asumimos los costes del pluripartidismo, que exige no solo llegar el primero, sino saber gobernar con gente de la que te separan muchas cosas. En eso somos todavía muy poco europeos. Los políticos y los ciudadanos.