PEQUEÑO OBSERVATORIO

Los campos de la vergüenza humana

A raíz de la muerte de Simone Veil, superviviente del exterminio nazi, se hahecho memoria de lo que conviene no olvidar

Simone Veil, en una imagen del 2009

Simone Veil, en una imagen del 2009 / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Me sabe mal no haber vuelto a visitar el campo de concentración que los nazis instalaron en Auschwitz-Birkenau. Cuando estuve, ya hace años, fue para mí una experiencia impactante, como se dice ahora, pero me parece una definición muy pobre. Impresionaba la evidencia de todo lo que vi, pero el paso del tiempo ha añadido otra angustia a lo que vi.

Lo que se me ha añadido, con el paso del tiempo, no es más sensación de horror ante las muestras físicas, materiales de la aniquilación programada de miles de seres humanos. Sino la vivencia que sigue exterminando cuando veo la aparición de algún testigo que habla en primera persona de aquella matanza programada, de la que se pudo salvar.

Ahora ha muerto Simone Veil. Había sobrevivido al campo de concentración, explica muy bien Eva Cantón. Simone tenía 16 años y su inmediato futuro era morir en la cámara de gas, pero una compañera le aconsejó que le dijera a los nazis que tenía 18. Posiblemente esto le salvó la vida. Consiguió sobrevivir identificada con el número 78.651 tatuado en el brazo por los nazis.

Hablo de todo esto por respeto a lo que Veil había dicho. «Creo que es un deber explicar incansablemente a las nuevas generaciones cómo murieron seis millones de hombres y mujeres y medio millón de niños solo por el hecho de haber nacido judíos».

No he pedido permiso a Eva Cantón para recoger una buena parte de lo que ha publicado desde París en este diario. Ha hecho memoria de lo que conviene no olvidar. En nuestro lenguaje habitual utilizamos este juicio: «es una barbaridad». Suele ser una exageración y nada más.

La planificación del exterminio organizado por los nazis no se puede calificar de exageración. Fue un ejemplo de la más rigurosa y agresiva racionalidad. Hablamos de ideas cuando a veces se trata de enfermedades.