Los burros no brindan con champán

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Incapaz de entender cómo Alfonso Rus ha podido obtener cinco mayorías absolutas en Xàtiva con la de barbaridades que ha llegado a proferir durante años consulto a un par de compañeros valencianos para que me expliquen el por qué de su éxito. Lo resumen en una palabra: «Clientelismo». La fórmula no es exclusiva de políticos como Rus. Durante las dos décadas de pujolismo decenas de pequeños ayuntamientos catalanes funcionaron con un sistema caciquil. Por no hablar de las falsas jubilaciones diseñadas por cargos del PSOE en Andalucía o el exbarón gallego José Luis Baltar, apodado por los suyos el buen cacique, que desde la poltrona de la Diputación de Ourense contrató a centenares de militares del PP y a familiares de estos.

La corrupción levantina no se ha notado, hasta ahora, en las urnas. Todo lo contrario. Tal vez porque la burbuja inmobiliaria estaba tan inflada, primero en pesetas y después en euros (según el método de cálculo de Rus), que beneficiaba a miles de electores. A ello súmenle un partido socialista valenciano que desde 1995 no ha levantado cabeza. Tuvo que aparecer Compromís y Mónica Oltra para demostrar que en esta comunidad otra política es posible. La duda es -si Alberto Fabra pierde la mayoría absoluta- los partidos de izquierda serán capaces de ponerse de acuerdo. La sombra del tripartito catalán es alargada y los populares no dudan en utilizarlo como espantajo cara a las elecciones.

De momento, Fabra no ha logrado que Rus renuncie a repetir como cabeza de lista. ¿Qué podrá más, el control del alcalde de Xàtiva de su territorio o el temor a que empiecen a salir más conversaciones comprometidas? Al final el llamado aparato del Estado también puede apuntar a los que hasta ayer eran de los suyos.

Al consultar a los colegas periodistas valencianos no descartan que si el PP no consigue que Rus de un paso atrás, vuelva a obtener otra mayoría absoluta. Esas victorias que le gusta celebrar con «mujeres y champán» después de haber prometido a sus vecinos que les traerá la playa o que si le votan a cambio les regalara un Ferrari. Visto que este señor ha demostrado que no sabe lo que es la vergüenza igual ha llegado el momento que la tengan sus vecinos y dejen de apoyarle. Y más, sabiendo cómo los define en privado, según las grabaciones que han aparecido: "Dije: traeré la playa a Xàtiva y se lo creyeron. ¡Si yo mando, traigo la playa! Y van y se lo creen todos. ¡Serán burros!".

En este vodebil la otra protagonista (una vez ha dimitido la alicantina Sonia Castedo) es la incombustible Rita Barberà, que igual ningunea a la oposición que a la prensa. Ni los bolsos Vuitton regalados por los amiguitos del alma de Francisco Camps ni el caso Nóos le han perjudicado. Al menos hasta ahora.