Gente corriente

Lluís Ansó: «Le dije al alcalde que viniera él a sacarme de casa»

El Astèrix del Vallès. Tiene 79 años y hace más de 40 que es okupa en su propia casa y lucha por conservar Gallecs.

GEMMA TRAMULLAS

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Cuando les anunciaron que su casa quedaba expropiada y que ya podían pasar a cobrar la indemnización, Lluís posó sus manos sobre los hombros de su mujer, Neus, la miró a los ojos y le dijo: «No podrán sacarnos de aquí, te lo prometo». Han pasado más de 40 años y las dos acacias que el propio Lluís plantó frente a su hogar han crecido y se alzan como guardianes en un paisaje de prados verdes moteados de amapolas. ¿El Empordà? ¿La Toscana? No: Gallecs. Encajado entre bloques de viviendas, fábricas y autopistas, el pulmón verde del Vallès resiste gracias a la tenacidad de personas como Lluís.

-¡Esto es precioso!

-Pues el Gobierno franquista quería convertirlo en una ciudad de 150.000 habitantes, ¡un monstruo! El 1 de febrero de 1972 empezaron a pagar a los vecinos del pueblo las indemnizaciones por la expropiación de sus casas y terrenos.

-Usted se resistió.

-Le dije al alcalde de Mollet, con quien tenía buena relación, que no me iría de aquí, que viniera él a sacarme de mi casa y que me encontraría con la escopeta cargada. Jamás fui a cobrar la indemnización.

-¿Seguirá en el banco?

-Supongo que sí, si no se lo ha pulido Bankia... Yo y un vecino que ya murió fuimos los únicos que no pasamos a cobrar. Lo mío era muy poca cosa, pero hubo quien cobró millones. La gente protesta mucho, pero cuando ve dinero sobre la mesa¿

-Su familia se quedó de okupa en su propia casa. Hasta hoy.

-Así es [ríe]. Al principio luchábamos por la supervivencia. Del 72 al 77 esto era un Texas sin pistolas, unadisbauxa. La gente robaba en las casas vacías, se apoderaba de las tierras, estaba todo lleno de basura... Luego el proyecto de edificar se paró y la lucha fue para que Gallecs no desapareciera como pueblo y por la conservación del territorio como pulmón verde del Vallès.

-¿Quién se apuntó a la lucha?

-Del pueblo solo dos, Francesc Blasco y yo, más los jóvenes que llegaban con la conciencia de resucitar el pueblo y conservar el territorio. Reconstruyeron las casas, crearon comunas y empezamos a reunirnos en Parets, en Mollet... En 1977 nació la Comissió per la Defensa de Gallecs, que hizo cosas muy grandes. La lucha ha seguido, con altibajos, hasta hoy.

-Organizaban manifestaciones y conciertos, pero también boicoteaban actos oficiales y hacían acciones contra el Gobierno que ríete tú de los escraches.

-Nos llamaban fundamentalistas.

-Como el PP, que tacha de nazis a los afectados por la hipoteca.

-A mí me llamó etarra una del PSC. En 1980 los terrenos pasaron a manos de la Generalitat y pensábamos que tendrían más conciencia de territorio, pero qué va. Los ayuntamientos se vendieron Gallecs a cachos. Si Pere Quart viviera, en lugar de «com el Vallès no hi ha res» diría: «Al Vallès ja no ni queda res.»

-Queda Gallecs.

-Gallecs es apenas un puntito y la mitad ya se lo han comido [de 1.420 hectáreas originales quedan 700].

-¿Aún no está a salvo?

-Desde hace tres años está dentro del Pla d'Espais d'Interés Natural y no pueden construir viviendas, pero si tuvieran dinero podrían hacer pasar una autopista por encima.

-Dirán que es el progreso.

-A veces nos han llamado egoístas, pero ¿qué progreso es este que lo destroza todo?, ¿qué les dejaremos a nuestros hijos y nietos si aquí no queda nada? Nosotros estamos a favor del progreso bien entendido.

-Acaba de nacer el Ateneu Gallecs en Can Cruz, una de las masías abandonadas del pueblo. Vuelve a haber gente que lucha por un modelo de vida alternativo y más humano.

-Tengo esperanza en los de ahora, entre los que está mi hijo Pol. Lo llevan bien y además de conservar el espacio pueden sacarle provecho haciendo proyectos socioculturales.

-¿Alguna vez le ofrecieron dinero o un cargo para que dejara de luchar?

-No. Sabían que les diría dónde se lo podían meter.