Geometría variable

Llora como una mujer...

JOAN TAPIA

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El acuerdo PSOE-PP, por este orden porque curiosamente los socialistas lo han batallado mas, para una posición común en Bruselas, es positivo. Indica que los dos grandes partidos han tomado conciencia de la inevitabilidad de una política económica restrictiva, mientras este sea el criterio que impera en la Unión Europea, pero que ambos abogan por su inflexión. Primero porque recortes presupuestarios bruscos (lo dice también el FMI) pueden agravar la recesión y de rebote bajar los ingresos del Estado con lo que reducir el déficit se hace todavía más difícil. Segundo, porque los recortes del gasto en educación o desempleo juvenil solo retrasan la salida de la crisis. Tercero, porque la segmentación de los mercados bancarios en la zona euro ha agravado la sequía crediticia en España, lo que perjudica seriamente la actividad empresarial. Dar pasos serios hacia la unión bancaria es pues esencial.

Pero alcanzar un acuerdo solo ahora -tres años después del primer plan de ajuste de Zapatero- para ir juntos a Bruselas también es desalentador. Entonces el PP se dedicó a descalificar todas las medidas y a culpar de todo aJosé Luis Rodríguez Zapatero. De la congelación de las pensiones por un año -excepto las mínimas- dijo que era «el mayor recorte social de la democracia», y luego no firmó la reforma de las pensiones que el Gobierno pactó con patronales y sindicatos. Y desde queMariano Rajoy ganó las elecciones no se ha pactado ni una sola medida y el PSOE se ha dedicado con fruición a predicar que la reforma laboral sólo estaba logrando generar paro, algo seguramente falso. CuandoElena Salgadodecidió subir algo el IVA en el presupuesto del 2010 se dijeron todo tipo de estulticias (no solo el PP sino también CiU y las patronales). Y cuando el PP empezó su ajuste fiscal con la subida del IRPF en enero del 2012 aseguró que no tocaría el IVA porque subirlo sería agravar la recesión. Luego, en julio pasado y ante el disparo del déficit público, al ministroMontorono le quedó otro remedio que hacerlo. Y en algunos puntos con brutalidad.

Hay que aplaudir queRajoyyRubalcabaahora vayan juntos a Bruselas. Pero que solo renuncien a utilizar la crisis para atacarse mutuamente -al menos por el momento- tras tres años de continuo aumento del desempleo, indica también cierto déficit intelectual. Vale lo de llorar unidos ante la cerrazón de algunos comisarios y del Gobierno alemán, pero no tras haber sido incapaces de acordar alguna medida seria contra el desempleo y de no haber sabido explicar a los ciudadanos que la economía necesitaba un duro ajuste. Hay que recordar pues aquella famosa frase, que los libros de historia que estudiábamos hace años atribuían a la reina mora de Granada, cuando reconvino a su hijoBoabdil tras la pérdida del Reino: llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre.

Y es triste queDuran Lleida, que en la primavera del 2010 entendió que la cuestión no era ayudar aZapaterosino evitar que España quedara a los pies de los caballos del rescate -demostró entonces mas responsabilidad que el PP-, ahora no haya suscrito el pacto. ¿Es que para qué CiU tenga sentido de Estado hace falta que uno de los grandes partidos españoles se eche al monte?