Ideas

Llamadme Ishmael

JORDI PUNTÍ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Es una verdad universalmente reconocida que la gente ya no se sabe de memoria las primeras frases de las novelas más celebres. Mientras leer títulos más o menos clásicos suele dar un bagaje cultural para ir por el mundo, la lectura de novelas de moda es superficial y a menudo lo que queda es una impresión etérea, como si las palabras se borraran del cerebro poco después de leerlas: tinta simpática. Nadie recuerda las primeras frases deDan Browny compañía, no son memorables, pero hubo una época en que todo el mundo se sabía el inicio delQuijote: «En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...». Quizá no lo habían leído de cabo a rabo, pero partiendo de ahí existía una idea común sobre lo que era elQuijote.

La primera frase es una puerta de entrada a todo un mundo, una contraseña, y muchos inicios de novela pertenecen a la memoria popular y los reconocemos al instante. Las familias felices y las desafortunadas que abren laAnna KareninadeTolstói-y que luegoNabokovusó enAda, o el ardor-. O «Alguien debió de haber calumniado a Josef K». O «Como hay tanta gripe, han tenido que clausurar la universidad». O «Hoy ha muerto mamá». Es un juego infinito.

Hace poco leí que el inicio más famoso es el deMoby Dick, deHerman Melville.Es una frase corta, fácil de recordar: «Call me Ishmael». Llamadme Ismael: comparada con el libro, es como la puntita visible de un iceberg enorme, con forma de ballena blanca. No sé si entre nosotros es tan reconocida, pero últimamente he hallado su rastro en tres novelas, y eso me ha divertido como si se tratara de una broma privada entre los autores y yo. EnTelegraph Avenue(Mondadori /Amsterdam),Michael Chabonabre el libro con una cita inventada. «Llamadme Ishmael -Ishmael Reed probablemente». LuegoCuna de gatodeKurt Vonnegut(La Bestia Equilátera / Males Herbes) empieza así: «Llamadme Jonás». YJosh Bazellda inicio aWild thing(Anagrama / Bromera) con un gracioso guiño aMelville:«Ishmael. Llámame». El ingenio como forma de homenaje.