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La liga de las estrellas

Cate Blanchett, en varios de los personajes de 'Manifesto'.

Cate Blanchett, en varios de los personajes de 'Manifesto'. / periodico

JORDI PUNTÍ

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Los museos son las catedrales del siglo XXI. La frase, que hizo fortuna hará unos 20 años, ha perdido el encanto espiritual y hoy más bien refleja un sentido del negocio. Artistas como Ai Weiwei, Olafur Eliasson o Vik Muniz, entre otros, mantienen un perfil crítico, pero a su vez buscan un lado comercial que les exige una gran inversión de dinero para sacar adelante los proyectos. Aunque sin la misma resonancia, de momento, es lo que ocurre también con 'Manifesto', del artista alemán Julian Rosefeldt, que vi hace poco en el museo Villa Stuck de Múnich.

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Digamos de entrada que el “solo 'show'”, tal como la llaman, es extraordinario, una maravilla, pero también que detrás hay una producción millonaria. 'Manifesto' es una película hecha de 13 episodios de diez minutos, que se complementan sin perder el hilo y se emiten al mismo tiempo en varias pantallas. Rosefeldt ha creado un texto a partir de la combinación de una serie de manifiestos del mundo del arte: el surrealista, el futurista, el situacionista, el arte conceptual de Sol Lewitt o el cine del movimiento Dogma...

Todos los segmentos de la película los protagoniza la actriz Cate Blanchett, poniéndose en la piel de trece personajes que recitan y cantan los textos: una titiritero, una ama de casa, un vagabundo, una cantante punk... Con cada historia Rosefeldt transmite un discurso sobre el sentido de los manifiestos en el arte, y el contexto del filme -poético, con una precisión estética y detallista que emociona- es un contrapunto para la teoría. Los escenarios, ya sean devastados, de una frialdad científica o de un futurismo onírico, son inquietantes y dan al conjunto un sentido irónico.

Hace dos años que el proyecto 'Manifesto' rueda por el mundo, de Melbourne a Berlín y de Nueva York a París. No sé si en el 2018 o más adelante vendrá a Barcelona, no he encontrado ningún indicio en internet. Años atrás me habría arriesgado y diría que sí, pero parece que desde hace un tiempo Barcelona ha abandonado la primera división de los grandes artistas. Bueno, el próximo viernes se inaugura la exposición sobre David Bowie en el Museu del Disseny, y que viva, pero no es exactamente lo mismo.