Liga y Champions

Este es un artículo de política, pero antes conviene hacer una aclaración de la nomenclatura deportiva. Hay equipos que se preparan para ganar una liga, esto es: una competición de larga duración en la que se valora la continuidad y la acumulación de puntos. Esta competición admite errores concretos, que se pueden rectificar con el tiempo, y exige un equipo homogéneo capaz de superar los obstáculos más allá del deslumbramiento o la bajada de un día. Dicen que es el torneo de la regularidad.

Hay equipos, sin embargo, que se preparan para ganar una copa, o que reúnen unas características especiales para triunfar en una competición que depende del momento. No hay continuidad sino estallido, no hay paciencia sino vibración. Pongamos un ejemplo. Esta temporada, el Real Madrid tiene una plantilla sólida y un esquema de juego. El Barça, no. El Madrid puede ganar la Liga. El Barça lo tiene difícil. El Barça puede ganar la Champions. El Madrid, también, claro. En unas eliminatorias vibrantes, sin embargo, están en igualdad de oportunidades.

¿Y la política? Viendo la encuesta de EL PERIODICO del viernes, el soberanismo puede llegar a ganar un referéndum pero será muy difícil que, vistos los números, gane la liga parlamentaria. El referéndum es un todo o nada. O pasas o te eliminan. Para ganar unas elecciones -y aún más si son plebiscitarias o constituyentes- me temo que el equipo no tiene hoy por hoy ni el grosor ni la grasa necesarios.