tú y yo somos tres

Licantropía y refresco de cola

El actor Álvaro Cervantes encarna al hombre lobo (A-3 TV).

El actor Álvaro Cervantes encarna al hombre lobo (A-3 TV).

FERRAN MONEGAL

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Por fin. Qué alegría. Habíamos perdido toda esperanza pero finalmente ya hemos visto la transformación de un hombre -un muchacho- en lobo (Luna, el misterio de Calenda, Antena 3 TV). Dado que esta teleserie ya está en su segunda temporada, temíamos que esa imagen no la veríamos nunca. No ha sido una mutación radical. Ha sido un amago, una semi metamorfosis, pero al menos ha habido un trabajo de caracterización y hemos visto uñas largas, manos arqueadas transmutando hacia la garra, y ojos inyectados en sangre. Algo es algo. Quizá el proceso licántropo se ha interrumpido, porque le sobrevino en una noche de luna nueva en lugar de luna llena, es decir, que no correspondía la fase lunar a lo que la tradición del hombre lobo exige. Esperamos que el miércoles, 27 -que es noche de luna llena y día en que emiten esta serie-, doten al personal de caracterización y maquillaje de presupuesto suficiente para hacer una mutación en toda regla. Solo con lo que han ganado incrustando el momento coca-cola en un determinado pasaje de la teleserie, ese instante en que la joven Vera le dice a su amado: «Mira Nacho, esa botella que tienes a tu lado es mía. Bebe, bebe. Tiene mi pintalabios y así será como si nos besáramos. Un beso con burbujas», y botella arriba, y botella abajo todo el rato, dale que te pego con la publicidad transformada en argumento -lo que los expertos llaman branded entertainment-, ¡ah!, con solo ese golpe de la marca de cola, les decía, seguramente hasta podrían contratar los servicios del maquillador de El retorno del Jedi. Ánimo.

APOCALIPSIS NIÑO BECERRA .- Sentimos en casa una gran simpatía por el economista Santiago Niño Becerra. Se prodiga mucho en la tele y suele hablar claro y sin tapujos. Pero últimamente está afincado en un apocalipsis tremendo. Parece más cercano a las predicciones de los mayas que a la ciencia económica. Estuvo el otro día, de nuevo, con Jaume Barberà (Singulars, C-33) y a raíz de lo de Chipre hizo una terrorífica extrapolación hacia nosotros. Nos dejó tan acollonados que nuestro canario flauta Papitu salió volando disparado hacia el Banco Central de Gramíneas a retirar sus reservas de alpiste inmediatamente. Hombre, que la situación está fatal ya lo sabemos. Pero si desde los medios de comunicación se genera un plus de pánico, la cosa irá todavía peor. Una cosa es hablar claro, sin maquillajes, ni mentiras. Otra, provocar histeria.