Pequeño observatorio

L'Hospitalet recuerda los días dedicados

Válgame Dios. ¿Es posible celebrar el Día Mundialde la Felicidad?

Una mujer y su bebé sonrientes en la playa

Una mujer y su bebé sonrientes en la playa / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Recibo regularmente, desde hace años, el boletín informativo del Ateneu de Cultura Popular de L’Hospitalet de Llobregat. No tengo ninguna relación personal con esta población, pero en esas páginas siempre hay información interesante. Ahora he leído un texto de Antònia Caldés que me ha llamado la atención. El título es Dies dedicats. La autora recuerda que, al parecer, cada día del año está dedicado a algo o a algún hecho, pero la mayoría de ciudadanos no sabemos a qué o quién.

Si no me equivoco, el día 8 de marzo está dedicado a la mujer. Es un día de celebración mundial. El día de San José, el 19 de marzo, ya hace años que lo dedicamos a los padres. Y especialmente en València, donde se produce la celebración explosiva de las Fallas. Caldés me hace saber que, al cabo del año, aparecen unas celebraciones muy diversas. Por ejemplo el Día Mundial de la Poesía, el Día Mundial del Síndrome de Down, el Día Mundial del Agua, el Día Mundial de la Meteorología, el Día Mundial del Teatro...

Y un día que me parece muy especial: el Día Mundial de la Felicidad. Válgame Dios. ¿Es posible celebrar el día de la felicidad? La mayoría de las celebraciones aspiran a ser compartidas socialmente, y parece difícil que hombres y mujeres de todo tipo olviden, en un día determinado, lo que nos une o nos separa de los demás.

Se puede hacer una pausa en lo que llamamos trabajo, pero dudo de que lo que llamamos felicidad sea un estado de ánimo permanente. La sentimos más viva cuando podemos superar lo que nos hacía infelices. La felicidad es, como lo son todos los estados de ánimo, personal e intransferible. Incluso esta condición –«personal e intransferible»– aparecía en los antiguos billetes de autobús.

Por otra parte, la felicidad no se puede contabilizar. Con un poco de suerte y de inteligencia podemos conseguir una discreta dosis de ella. Y repartirla con los demás.