Gente corriente

«He leído más en seis meses que en muchos años»

Del súper a la biblioteca. Esta vecina de La Mina perdió su empleo de cajera pero ganó acceso a la cultura.

«He leído más en seis meses que en muchos años»_MEDIA_3

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GEMMA TRAMULLAS

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«Este es mi barrio -explica mientras recorre los bloques de La Mina situados en la frontera entre Barcelona y Sant Adrià de Besòs-. Allí hacían lucha grecorromana hace muchos años. Fíjese qué amplitud tienen las calles, cada una con su trocito de verde». Pero Dolores no siempre fue una cicerone tan orgullosa...

-Está en el club de lectura de la biblioteca Font de La Mina. ¿Qué lee?

-La sonrisa etrusca, Últimas tardes con Teresa, Sin noticias de Gurb, La casa de los espíritus y Luna Lunera, de la Regàs. He leído más en estos últimos seis meses que en muchos años.

-¿En su casa no se leía?

-Mi padre fue pastor en Córdoba antes de emigrar. Como no pudo ir a la escuela, mandó traer un diccionario al pueblo y se lo aprendió de memoria. Lo leía a la luz de la luna. Era un hombre con muchas inquietudes y tenía un amigo quiosquero en las Ramblas que le regalaba revistas. Yo hojeaba Triunfo, Life, La Codorniz...

-¿Y periódicos?

-No es por hacerles la pelota, pero EL PERIÓDICO lo he visto en mi casa desde pequeña. Le contaré una historia. En mi escalera EL PERIÓDICO lo compartíamos varias familias. Mi padre era el primero que lo compraba y lo leía; luego llegaba yo y, como no tenía tiempo de leer, él me señalaba lo más interesante; por la noche se lo pasaba a mi vecino por la ventana y después se volvía a reciclar y se pasaba a otro vecino. Era una forma muy económica de hacer cultura.

-¿A usted no le gustaba leer?

-Nunca tuve tiempo. Empecé a trabajar a los 14 años en un supermercado, con horarios muy complicados, sábados incluidos. Venía a casa a comer, dormir y vegetar. ¡37 años estuve de cara al público!

-Y hace cinco años, al paro.

-Los primeros cuatro años lo llevé fatal, estaba muy desmotivada. Nunca he sido una persona que haya tenido ilusiones y metas, me conformo con el día a día, y ahora me he convertido en una experta en todo lo gratis.

-¿Como qué?

- Mi gimnasio es caminar para encontrar las mejores ofertas; viajar, viajo con Españoles en el mundo, de TVE, y después de toda la vida viviendo aquí he descubierto mi barrio.

-¿Qué quiere decir?

-Iba de casa al trabajo y del trabajo a casa sin levantar la cabeza. En este tiempo de paro he tomado conciencia de barrio, me ha salido la curiosidad, paseo por las calles, observo, veo qué hacen las entidades… Y ha sido sorprendente. No sabía nada. No tenía ni idea de toda la gente mayor y las mujeres que lucharon por tantas cosas cuando yo era pequeña.

-¿Había entrado en una biblioteca antes de quedarse en paro?

-No. En la Font de La Mina al principio me molestaba que a veces no se guardara silencio y que los niños entraran corriendo. Pero observé cómo trataba el personal de la biblioteca a esos niños, cómo con infinita paciencia y cariño les introducían en la lectura. Si leen cuentos, esto les puede abrir a una serie de cosas importantes, no solo a aprender y ser mejores, sino a fomentar el civismo. Es bueno que los más desfavorecidos tengan acceso a todo esto.

-Otros hubieran cambiado de biblioteca. Tiene otra muy cerca.

-Podría haberme ido a otra con más recursos, sí, pero me ha pasado una cosa curiosa, y es que, de forma natural, esta biblioteca me la he hecho mía. Cuando hablo de ella digo: «Venid a mi biblioteca». ¿Dónde ha visto que los trabajadores traigan flores o pasteles hechos en casa? Aquí lo hacen, te miman y eso lo valoro. No me iré a otra biblioteca; esta es mi biblioteca y La Mina es mi barrio.

-¿Ya no le molestan las voces?

-No. Lo que más me anima a seguir viniendo es que esto es un punto de encuentro para las distintas culturas y formas de pensar que vivimos en el barrio pero que no nos relacionamos. Llevo toda la vida viviendo aquí y no me había detenido a hablar con una persona gitana. Pues en el club de lectura hay payos y gitanos.

-¿Sabe? Su actitud no es tan distinta de la de aquellos primeros luchadores del barrio a los que admira.

-¿Usted cree? Siempre he tenido esta forma de pensar. Venir a esta biblioteca es mi proyecto como persona, ciudadana y vecina de este barrio, este lugar encaja en mi idea de cómo puede mejorar una sociedad.

-Si La Mina fuera un libro, ¿a qué género literario pertenecería?

-A muchos. Sería como un libro del Oeste, uno de ciencia ficción y una novela negra juntos. El barrio es todo y, como las personas, tiene una parte buena y otra menos buena.