Lecciones de Margarita

Murió el domingo Margarita Rivière. Demasiado joven. A los 70 años. Vivía en la madurez profesional. A Margarita se le pueden poner muchos epítetos: ideológicos, estéticos, morales, familiares. Pero casi todos los obituarios han coincidido en uno: periodista. Era una preguntona. Interrogar es una cualidad imprescindible en este oficio. Pero pocos lo hacen como lo hacía ella,  mezclaba el candor por descubrir lo desconocido con el bisturí del observador documentado. El periodismo es poco más que eso, pero cuando es menos simplemente defrauda al público.

Margarita Rivière ejerció el oficio en sus múltiples facetas: fue reportera de calle y jefa de mesa, gestora de una empresa y entrevistadora estrella. Y fue también una de las primeras en descubrir que ciertas dimensiones del periodismo  se expresan mejor en los libros que en las crónicas de urgencia, en los teletipos, en las portadas o en los tuits.  Algunas nostalgias se esfumarían si los periodistas y los medios vieran en el formato libro un elemento básico de la amortización de las noticias.

Europea y europeísta

Lógicamente, como buena periodista, Rivière provocó algunas incomodidades. Su mundo familiar la consideró una transgresora, quienes tenían ideas diferentes a las suyas la acusaban de tener ideología, los mediocres la trataban de elitista, los progres de conservadora y el establishment de progresista. Algún día deberemos reconocer que sin la valentía de algunos personajes clave del mundo en el que creció Rivière, Franco no solo hubiera muerto en la cama sino que seguiría bien vivo. Les faltó, quizás, añadir una dosis de condena a su decisiva indiferencia. No es fácil juzgar a los propios. Tampoco es esa la función del periodismo.

La historia de la generación periodística de la Rivière está pendiente de ser escrita. No tiene la épica de los huertamaros y sus entradas y salidas de la Modelo que ahora derruimos. Pero fue igualmente determinante, sobre todo en un asunto: la adscripción europea. Margarita fue una periodista europea y europeísta. Una preguntona con ideas propias.