ANÁLISIS

Latre, otro arbitraje que no hace gracia

La actuación de este teniente, unida a la de Carballo, refuerza la psicosis del club

DAVID TORRAS

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Al Camp Nou Jaime Latre no le hizo ni pizca ni gracia. Más bien al contrario y, queriendo o sin querer, alimentó la psicosis que planea en el club sobre los arbitrajes y que poco a poco va afectando a más culés. Hace ya semanas que en el vestuario y en el palco convive la sospecha de que el triplete pasará factura y habrá que pagar peaje. Que todo será más difícil porque, en la línea de lo que advirtió Simeone, no es fácil que el Madrid se quede por tercer año sin Liga. Tal vez sea casualidad o una paranoia, herencia de los tiempos en que los arbitrajes servían para explicar todos los males y que de tanto recurrir a ellos acabó perdiendo fuerza como argumento para convertirse en una excusa de perdedor.

Pero el Barça se ha ido alejando de aquel victimismo a golpe de títulos y más títulos, algunos conquistados por encima también de alguna actuación más que dudosa y algunos partidos perdidos entre sospechas. Y cuanto más lejos ha estado, más han abrazado esta teoría quienes siempre la despreciaron y la ridiculizaron. El mejor Barça de la historia, además de todas las copas, tiene el honor de haber trasladado esa misma obsesión al otro lado. El nacimiento del Villarato también fue obra suya y, en el fondo, supone un reconocimiento de que no todo es casualidad.

Mirar a los árbitros no es muy recomendable, pero es inevitable cuando no se gana sobradamente. Vermaelen encontró lo que el tridente no pudo por más que lo buscó, y con el gol apagó más debates de la cuenta en estas dos semanas de parón. Nada que ver, por ejemplo, con lo que le espera a Mourinho, que empezó la temporada con sus gracias y ahora hay unos cuantos que se ríen a su costa. Ya está a ocho puntos del City de su querido Pellegrini.

Anoche, al Barça le complicó más la vida Javi Gracia, como ya hizo el año pasado, y Kameni, que Latre, un teniente del ejército español que vive en Madrid, según informó la TDP de Catalunya Ràdio. La cuestión es que, después de la experiencia de Velasco Carballo, mucho más sospechoso siempre que arbitra al Barça y que sí dejó un tufo de expulsar a Piqué por un tema personal, Latre dio cierta cuerda a esa teoría conspirativa. Pudo pitar dos penaltis, aunque en los dos hay opiniones enfrentadas, pero curiosamente los dejó pasar. Y, claro, puesto a hacer comparaciones, el primero remitía a otra acción idéntica en el Bernabéu con Piqué. Y ahí no hubo discusión. Penalti y a callar.

Ahora que en el Barça se impone más la diplomacia que alzar la voz y rebelarse ante según qué atropellos, como en el caso de les estelades y la UEFA, no estaría mal hacer llegar a la federación las quejas que se repiten en voz baja. Quizá todo sea una  paranoia, una coincidencia, y que dentro de 15 días, en el Calderón, le piten a Neymar un penalti que no es (con Messi es imposible) o expulsen a Godín por una patada que no ha dado (difícil), y todo este discurso se vuelva en contra y quede como la eterna pataleta culé. Pero no hay mejor antídoto para evitar según qué temores que el tridente vuelva a ser el que era. Con el mejor Messi, y Neymar, y Suárez, no hay árbitro que pueda. Ni que sea teniente.