Las tres vías del 10-N

ENRIC HERNÀNDEZ

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Sean independentistas, soberanistas, federalistas, unionistas u oportunistas, los políticos solo hablan del 9-N, bien o mal, pero piensan exclusivamente en el 10-N, en interés propio o colectivo. Tres escenarios, o vías de escape, se atisban en el horizonte:

1.- El plebiscito de Mas

1.- El plebiscito de MasSi el líder de CiU puede vender como un gran éxito la afluencia a las urnas del 9-N, el llamado«proceso participativo» se habrá convertido en un plebiscito sobre su liderazgo que blandirá como palanca de presión para doblar el pulso a Oriol Junqueras, remiso a ejercer de monaguillo en la senda del 'Partit del President' (PP) hacia los altares de la hegemonía independentista. La maquinaria convergente activará todos sus resortes --incluidas la ANC y ÒmniumANC Òmnium, si se dejan-- para sojuzgar al hasta ahora socio republicano, esquivar los recortes que impondrían los diabólicos presupuestos del 2015, refundar la herrumbrosa Convergència sepultando el tóxico legado del clan PujolPujolromper con Unió y, como colofón, conquistar la ansiada mayoría absoluta. Cuatro años de margen para gestionar la ruptura o quizá, quién sabe, la reforma del Estado. Jauja.

2.- Elecciones pluripartidistas

2.- Elecciones pluripartidistasSi Junqueras aguanta el tipo, Mas podría disputarle el liderazgo del 'procés' en las urnas, y no en los despachos. Con listas separadas pero un programa común sobre cómo lograr la independencia --de ser posible el acuerdo--, el independentismo abriría juego por las bandas --centro derecha para CiU, centro izquierda para ERC--, con lo que podría sumar más diputados y reforzar el mandato democrático. ¿Inconvenientes? Que la derrota de Mas lo abocase a la retirada, y que una exigua victoria de Junqueras le impidiera no ya declarar la independencia, sino incluso administrar la dependencia.

3.- La prórroga del 'president'

3.- La prórroga del 'president'Aunque Mas plantea el 9-N como una semifinal, sin lista unitaria con ERC buscará la prórroga hasta el 2016. Tiempo suficiente para que Rajoy pierda la mayoría, rescate con una gran coalición al diezmado PSOE y ambos afronten una reforma constitucional del Estado que hasta la derecha empieza a ver con buenos ojosreforma constitucional . La cautela del Estado ante el 9-N, además de sortear el choque de trenes, tal vez esté alumbrando esa tercera vía. Veremos.