Geometría variable

Las preguntas de Tobias Buck

JOANTapia

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Tobias Buck, corresponsal en España del Financial Times, se pregunta -después de las elecciones en Andalucía- por qué la recuperación económica está dando tan pocos dividendos a Mariano Rajoy. Es un asunto relevante dado que el PIB crece (cuarto trimestre del 2014) a un ritmo anual del 2%, y el empleo (medido por las afiliaciones a la Seguridad Social) todavía algo más. Pero la pregunta tiene tres respuestas.

La primera es que la vuelta al crecimiento es muy frágil, el paro sigue todavía muy alto y muchos españoles sufren una caída de su nivel de vida por la devaluación salarial -quizá inevitable- pero que el Gobierno no explica e, incluso, pretende ocultar. La segunda es que a la recuperación se ha llegado tras otra fuerte vuelta de tuerca a la política de rigor fiscal (más impuestos, menos gasto) iniciada por José Luis Rodríguez Zapatero en mayo del 2010, inevitable para no salir del euro pero que Rajoy anatemizó entonces bautizándola como «el mayor recorte social de la democracia». El PSOE la pudo sacar adelante solo gracias a la abstención de CiU, mientras el partido nacionalista español (el PP) votaba en contra.

Propaganda barata

Pero quizá la razón principal es que el PP vende la recuperación con orgullo fatuo y como un exclusivo mérito propio que rebota a una ciudadanía escamada por la dureza de la crisis -que ni el PP ni el PSOE han explicado- y por los escándalos de corrupción. Cierto es que España se financia hoy a 10 años al 1,52% cuando en el 2012 -ya gobernando Rajoy- lo hacía por encima del 7%. Pero que el Gobierno se lo apunte con prepotencia es propaganda barata. Irlanda, que fue rescatada, se financia ya a tipos negativos a tres y cuatro años, y Portugal paga a 10 años menos que Estados Unidos. La política monetaria de Mario Draghi no es una medalla de la Moncloa.

Es absurdo proclamar -se lo recordó en Madrid Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea- con una tasa de paro juvenil del orden del 50% que la crisis ha finalizado. Y es deshonesto sacar pecho cuando para abonar las pagas extras de los jubilados se echa mano cada año de la hucha de las pensionesZapatero la cogió con 20.000 millones de euros y la dejó con 65.830 millones. En los tres años del PP ha caído hasta los 41.634 millones y el secretario de Estado de la Seguridad Social admite que este año volverán a sacar. La hucha esta para eso -para pagar pensiones cuando hay déficit de la Seguridad Social-, pero es infantil predicar las excelencias de la coyuntura económica cuando se tiene que recurrir a ella. Y las salidas más fuertes, 15.300 millones, han tenido lugar en el 2014 cuando la economía ya crecía.

Todas estas razones están lastrando la credibilidad del PP, pero el PSOE tampoco la ganará si -siguiendo a las cúpulas sindicales- afirma sin ninguna matización que la reforma laboral ha sido una catástrofe. Primero, porque no es cierto. Ahora se crea empleo. A un ritmo del 1,6% en el 2014 y al 2,7% en los dos primeros meses de este año. Sí, los salarios de los nuevos empleados son inferiores, pero es consecuencia de la inevitable devaluación interna. Y los primeros en entenderlo fueron los sindicatos del automóvil que aceptaron recortes y dobles escalas salariales a cambio del mantenimiento de las fábricas. Y hoy la industria automovilística española es competitiva y por eso es la que crea más empleo de toda Europa.

Ni bronca ni brocha gorda

Si Rajoy fuera menos triunfalista, las cosas le irían mejor. A él y a España. Y si Pedro Sánchez matizara, también. El presidente dirá que tiene que ganar votos, pero ya se ve que hoy, con el país maltrecho y descreído, la propaganda barata no rinde. Y el líder del PSOE no debe decir que necesita alzar la voz para frenar a Podemos. El país ni cree ni se merece la bronca y la brocha gorda.