Editorial

Las licencias turísticas de BCN generan debate

La radiografía del sector hotelero barcelonés debe realizarse cuanto antes y con la participación de todos los sectores concernidos

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La inesperada moratoria de licencias de alojamiento turístico en Barcelona decidida por el nuevo gobierno municipal el 2 de julio ha sido impugnada ante la justicia por una veintena de constructoras, sociedades y consultoras que se consideran perjudicadas por la medida. Del año de suspensión decretado por el equipo de Ada Colau han transcurrido ya tres meses, y la radiografía del sector que debe servir para adoptar decisiones de alcance estratégico -el motivo, comprensible, aducido por el ayuntamiento para la moratoria- debe realizarse cuanto antes y con la participación de todos los sectores concernidos. Ayer intervino en el debate la alcaldesa de la vecina L'Hospitalet, que subrayó que su municipio no tiene el problema de escasez de suelo que sí padece Barcelona (ni, por tanto, el riesgo de saturación) y reivindicó el éxito de los proyectos urbanísticos (hoteles incluidos) desarrollados en los últimos años en la segunda ciudad de Catalunya. Núria Marín, de esta forma, recuerda dos cosas: por una parte, que, para lo bueno y para lo malo, los efectos de la marca Barcelonatrascienden los límites de la capital; por otra, que algunas decisiones que afectan al hinterland barcelonés deberían ser debatidas a nivel metropolitano. En el caso de los hoteles, una descentralización territorial de los nuevos establecimientos significaría también un mejor reparto de los beneficios de la actividad turística. Un elemento a tener en cuenta en un debate que en todo caso requiere consenso.