Peccata minuta

¡Preparados, listos, ya!

Ada, Carmena y los suyos y suyas se han propuesto abrir puertas y ventanas, darle la vuelta al colchón y 'fer dissabte'

JOAN OLLÉ

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En la estación de metro de plaza Catalunya, tres carteles firmados por la Generalitat con una frase que dice: Preparats per fer una Catalunya millor. En el primero, una adorable anciana nos mira con sonrisa de azúcar mojado en la lejía de sus inevitables pérdidas y nostalgias; en el segundo, una chica guapa y sana –no bebe, no fuma, no se droga, seguro–, nos mira a los ojos como una presentadora televisiva que, después de contarnos la noticia, espera que funda a negro la imagen; en el tercero, un padre con su hijo coll-i-bè, como un mínimo castell, tal vez alegres participantes de la Via Catalana, o celebrando por anticipado la Copa y la Champions del Barça. ¿No habíamos quedado en respetar el anonimato de la infancia?

Las felices imágenes nos cuentan, sin decirlo, que sus protagonistas llegan sin problemas a fin de mes: la sonrisa es la gran baza de los publicistas. Quizá formarán parte de esta campaña –aunque aún no se hayan visto– lágrimas de tristeza desahuciada, cánceres en lista de espera, humillación de inmigrantes… No lo creo: lamentablemente, para el Govern, estos cromos no animan a los ciudadanos.

Casi todos estamos Preparats per fer una Catalunya millor, porque hay tantas o más Catalunyes que variedades de baile. Sin duda alguna, nuestro país es mejor, mucho mejor, después de airear la mugre y arrancar las caretas de quienes nos querían salvar del adversario. Y, harta de profesionales de tierras prometidas, buena parte de la ciudadanía ha optado por los amateurs, palabra que, en francés, significa los que aman.

Me gustaría ser madrileño un rato para disfrutar de cerca de las suaves palabras –piensa fuerte y en voz baja– de la muy enamorable Carmena (¡Ay, Carmena!), pero, por cuestiones de fronteras, resulta que me toca ser un administrado de Ada, mujer fuerte y gritona –me recuerda a Pilar Rahola– de quien únicamente conozco su empeño –¡que no es poco!– en que todo quisqui, por su condición de ser humano, tenga derecho a techo, comida, escuela, médico, medicina y calor: es decir, a trabajo.

En las revistas de diseño no se ve la porquería que pueda haber bajo la alfombra, y AdaCarmena y los suyos y suyas se han propuesto abrir puertas y ventanas, darle la vuelta al colchón y fer dissabte. Del disseny al seny podría ser la frase publicitaria. ¿No pasa por putear al pobre la actual rauxa?

Per fer una Catalunya millor hay que tener muy en cuenta a todos y a cada uno, sin fronteras ni prebendas. ¿Quién dijo que el nacionalismo es la gran trampa de los poderosos para atraer a los humildes hacia su causa, para seguir ordeñándoles?