PROFESIÓN RECONOCIDA

Las enfermeras estamos de enhorabuena

Los profesionales debemos formar y garantizar una formación de calidad basada en el conocimiento y dinamizada a través de la investigación

UN SECTOR DURO. Una enfermera, durante una operación quirúrgica. A la izquierda, Ana Polegre, con un ejemplar de su libro.

UN SECTOR DURO. Una enfermera, durante una operación quirúrgica. A la izquierda, Ana Polegre, con un ejemplar de su libro.

MIREIA SUBIRANA CASACUBERTA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Desde Florence Nigthingale (1820-1910), fundadora de la enfermería profesional moderna, las enfermeras hemos caminado varias etapas para definir el alcance de la práctica enfermera y consolidar nuestra identidad profesional. En 1917 se crea la primera escuela de enfermería en Catalunya, la escuela de Santa Madrona; en 1953 se publica el decreto sobre los estudios de ATS (ayudante técnico sanitario), título que unificaba los estudios de enfermería, de practicante y de comadrona, y en 1977 los estudios de enfermera pasan a ser universitarios.

Este hecho, el reconocimiento de la enfermería como disciplina científica con un cuerpo de conocimiento propio, la ciencia de los cuidados, fue posible gracias al compromiso y la perseverancia de enfermeras luchadoras y pioneras como Rosamaría Alberdi Castells.

DISTINCIONES ACADÉMICAS

El 2 de diciembre pasado, en la Universidad de Murcia, Rosamaría Alberdi recibió la máxima distinción académica, la de doctora 'honoris causa'. Es la primera vez que una enfermera recibe esta distinción, lo que sin lugar a dudas traduce los logros y la consolidación de la disciplina enfermera en la Universidad. La práctica enfermera se basa en el conocimiento, iniciado desde una enseñanza prestigiada y generada desde la investigación. Investigación, docencia y práctica deben ir siempre de la mano.

Las enfermeras también estamos de enhorabuena porque el 13 de diciembre, el Gobierno de la Generalitat de Catalunya aprobó la concesión de la medalla Josep Trueta a Núria Cuxart Ainaud, directora de programas del COIB y decana del Consell de Col·legis d’Infermeres i Infermers de Catalunya, por su trayectoria profesional y la significativa contribución al desarrollo de la enfermería en Catalunya.

En la categoría de entidades, cabe destacar el reconocimiento con la placa Josep Trueta a l’Associació d’Infermeria Familiar i Comunitària de Catalunya (AIFiCC). Estos reconocimientos, junto a iniciativas como la convocatoria reciente del Departament de Salut para la concesión de subvenciones a la intensificación de la actividad investigadora de los profesionales de enfermería contenidas en el Plan estratégico de investigación e innovación en salud 2016-2020, pueden contribuir a la visualización y el crecimiento de la disciplina y, sobre todo, a la mejora de los cuidados a las personas gracias a la investigación aplicada.

Ya hace seis años, en el 2010, que en todas las universidades se iniciaron los estudios de grado de enfermería, lo que ha conllevado el acceso, desde la propia disciplina enfermera, a estudios superiores como el máster y posteriormente el doctorado. Este hecho es sumamente relevante para la generación, la dinamización y el prestigio del conocimiento enfermero. Ahora tenemos que encarar el futuro con la certeza de que la docencia de enfermería en las universidades y la calidad de las personas que la lideran son claves para alcanzar los objetivos que el Plan estratégico del Departament de Salut se propone.

RECONOCIMIENTO SOCIAL

Es necesario que, junto con los referentes en la práctica, la investigación y la gestión de los que dispone la profesión -Rosamaría Alberdi y Nuria Cuixart son un ejemplo-, se potencie el desarrollo amplio de las competencias enfermeras, se garantice la formación adecuada de los profesionales y se monitorice el impacto de la práctica enfermera. De acuerdo con la evidencia disponible, estas intervenciones, junto al resto de profesionales de la salud, deben permitir dinamizar los cambios necesarios en el sistema de salud para garantizar la respuesta a las necesidades de los pacientes y de la sociedad de forma eficiente y sostenible.

La profesión enfermera tiene un gran futuro por delante y los profesionales, que somos la punta de lanza, debemos formar y garantizar una formación de calidad basada en el conocimiento y dinamizada a través de la investigación y la creación de nuevo conocimiento. Es necesario que las organizaciones de salud y las universidades caminen juntas y compartan objetivos y profesionales. Solo así haremos visible el impacto de las enfermeras en la salud de las personas y la comunidad y nuestra contribución a la sostenibilidad de sistema de salud.

Queda aún pendiente el reconocimiento social de la profesión. Comparto la visión de las dos enfermeras reconocidas, que este hecho está relacionado con el hecho de que el cuidado se identifica con valores que la sociedad atribuye al género femenino y que se desarrolla en áreas poco amables de las situaciones personales. Sin embargo, las enfermeras seguiremos promocionando el autocuidado como aportación clave a las necesidades de salud de la persona y de la comunidad.