Al contrataque

Las elecciones son para el verano

Si no nos molan los gobiernos en funciones, tampoco pueden gustarnos los ciudadanos en funciones, paralizados

Preparativos de las papeletas para las elecciones generales en un colegio de Pamplona.

Preparativos de las papeletas para las elecciones generales en un colegio de Pamplona. / EFE / JESÚS DIGES

JORDI ÉVOLE

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Hala, se acabó lo que se daba: un viaje a ninguna parte. Y encima todos deprimidos. Bueno, todos, no. En Catalunya, por ejemplo, algunos se han partido de la risa con este proceso para formar Gobierno en España. Aunque es curioso porque, un ratito antes, algunos se partieron de la risa en el resto de España con el proceso para formar Gobierno en Catalunya. La verdad, no sé a qué viene tanta burla. En ambos casos ha habido muchos más desprecios que soluciones. Incluso se han puesto a caldo entre presuntos aliados.

No sé si recuerdan, en enero un fan de la 'revolución de las sonrisas' fue quien calificó de «puta traidora» a una partidaria de la independencia. Muy ejemplarizante de lo que tiene que ser un #noupaís. Al final, en Catalunya hubo Gobierno en el último minuto (formado por una coalición que ahora irá por separado, lo normal) y el <strong>26-J</strong> se celebrará en España un encuentro con las urnas para desempatar (con riesgo de que todo siga igual, lo normal). No creo que ninguna de las dos experiencias haya sido para poder sacar pecho.

Pero que nadie merezca presumir no significa que sea la hecatombe tener que votar en junio. Es más, yo prefiero votar que solo criticar, que es lo que hemos hecho todos estos últimos cuatro meses. Durante este tiempo muerto, los políticos se han dedicado a despellejarse y los ciudadanos nos hemos conformado con ponerlos a parir en la oficina, en el bar, en el ascensor... Pero no he visto que nadie montara caceroladas o cadenas humanas para reivindicar pactos si era eso lo que deseábamos masivamente. Si no hemos hecho nada, quizá nos parecemos a ellos. Igual somos lo que criticamos. O igual es que tampoco lo veíamos tan claro. Y, encima, estamos deprimidos.

DEPRESIÓN Y ABSTENCIÓN

Somos un chollazo para nuestros representantes. Tenemos todos los números para que nos sigan tratando como a peleles. Y para que a ellos les toque la lotería ya solo falta que esa depre se convierta en abstención el 26 de junio. Parafraseando un eslogan que hizo fortuna, 'si tú no vas, ellos se quedan'. ¿Estás tan decepcionado que ya no sabes quiénes son ellos y quiénes los tuyos? No me sorprende, porque se ha pasado de criticar al Gobierno de turno, sea quien sea, a despotricar de todos los partidos.

Ahora mismo nos parecen iguales, aunque yo diría que no lo son. Excepto en una obviedad: ninguno es perfecto. Pero eso no implica que sean iguales. Si lo fueran, tendríamos Gobierno. En un plis plas hubieran pactado. Por muy 'depre' que estés, pasar de las urnas en junio no lo veo muy operativo. Si no nos molan los gobiernos en funciones, tampoco pueden gustarnos los ciudadanos en funciones, paralizados. Los tuyos pueden perder el partido por tu incomparecencia. ¿Que quiénes son los tuyos? Pues los mismos que los míos: esos que a veces nos desilusionan. Los otros son esos que nunca nos ilusionaron.