Las elecciones en el Reino Unido

Con el empate entre 'tories' y laboristas en los sondeos, los nacionalistas escoceses tendrán un papel clave por primera vez

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Con los últimos sondeos dando un empate entre conservadores y laboristas, las elecciones británicas de hoy son totalmente atípicas. Y lo son por varios motivos. El primero es el papel decisivo que tendrá por primera vez el Partido Nacionalista Escocés (SNP, en sus siglas en inglés). Todo apunta a que la formación de Nicola Sturgeon no solo acabará con la tradicional hegemonía laborista en Escocia sino que arrasará. De confirmarse este vaticinio, el cambio allí será un terremoto, pero también en Londres, y no porque el objetivo inmediato del SNP sea reanudar la campaña por la independencia, que de momento no lo es. Lo será porque puede ejercer de partido clave para el futuro Gobierno. Coincide con los laboristas en su objetivo prioritario de echar a David Cameron y a los conservadores del poder, y para ese fin puede tener un aliado básico en el escaso, por no decir nulo, efecto de la reactivación económica que registra el Reino Unido (el 2,8% el pasado año), que no se ha trasladado al bolsillo de los votantes tras siete años de penurias y recortes.

Y nunca como ahora unas elecciones británicas habían deparado tanto nerviosismo en Bruselas. Cuando existe la promesa hecha por Cameron de un referéndum sobre la permanencia en la UE en el 2017, Europa no ha aparecido en toda la campaña. Esta misma ausencia indica la toxicidad del tema. Por razones distintas, los grandes partidos han evitado referirse a Europa, dejando que fuera el xenófobo y antieuropeísta UKIP quien hiciera bandera de la cuestión con un discurso demagógico en el que se mezclan de manera torticera la UE y la inmigración.

Además de la cuestión europea, estas elecciones llegan en un momento en que el Reino Unido parece encerrarse en su insularidad. Londres ha ejercido siempre enorme influencia en la escena internacional, ha sido un peso pesado de la diplomacia, ha estado presente en todas las negociaciones sustanciales para solucionar conflictos, pero más importante que su poder duro, representado por su Ejército, ha sido su poder blandoempezando por la lengua. Sin embargo, el continuado repliegue en años de Gobierno conservador está inmovilizando este patrimonio. Los británicos decidirán hoy quién quieren que les represente, y con ello también decidirán qué papel quieren que tenga el Reino Unido en el mundo.