tú y yo somos tres

Las duelistas

FERRAN MONEGAL

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Es fantástica la dimensión que consiguen estas dos estimables criaturas cada vez que se encuentran frente a frente en la tele (El objetivo, La Sexta). Más que una entrevista, más que una entrevistada y una entrevistadora, lo que en realidad han acabado conformando es un duelo, una apasionante refriega. Por más que cada una intente circunscribirse a su papel, o sea, Esperanza Aguirre en el de la política y Ana Pastor en el del periodismo, se crea entre ellas, inme diatamente, un clima bélico muy espectacular y tremendo. Las frases de la señora Aguirre«¿Va usted a seguir con su alegato o puedo continuar? / ¿Se ha enterado usted? ¿Se ha enterado? / Yo no utilizo nunca la palabra escrache, esta palabra la utilizan los que piensan como usted, o sea, la izquierda radical», y las de la señora Pastor«No se enfade, que yo solo hago preguntas / Resulta que usted no se enteró de nada de lo de la trama Gürtel, ¿eh? / ¿No se ha planteado pedir perdón a los ciudadanos? / Con el tema de papá y mamá [Aznar y Rajoy] lleva usted puesto el freno de mano / Dice usted que se lleva muy bien con Rajoy, y por aquí se escuchan risas... ¡Muy creíble no será!», ¡ahh! estas andanadas, este fuego cruzado, esta combativa  intensidad espectaculariza el encuentro. Y la entrevista se transforma en desafío o reto entre las dos tremendas contendientes. El resultado es atractivo. Desde el punto de vista del periodismo clásico, heterodoxo. El propio entusiasmo de la entrevistadora, que es la que marca el ritmo de la reunión, intentando que sus preguntas sean incisivas y contundentes puede provocar una atmósfera de ansiedad. Un cierto estrés.

Tras este combate, de la señora Aguirre nos han quedado dos nítidas certezas. Una:  que no es que fuera la primera en destapar el caso Gürtel -como proclama ella con orgullo-, sino que se encontró por casualidad con algo que no sabía lo que era y que no se enteró hasta cuatro años después, cuando comenzó a instruirlo el juez Garzón. Y dos: que es una ferviente defensora de las privatizaciones («Está archidemostrado que lo privado es más eficiente que lo público») y que Rajoy comete un error al no usar más la tijera («Más recortes y menos impuestos»).

De la señora Pastor nos queda el espíritu de combate permanente, el tono muscular. Viéndola tan guerrera, la señora Aguirre le dijo en un momento dado «Espero que no esté usted embarazada, ¡no vayamos a tener problemas!».