Dos miradas

Las cosas de Rajoy

EMMA RIVEROLA

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Mariano Rajoy tiene una habilidad especial para trufar sus discursos de palabras simplonas. Una de sus preferidas es cosa. Para él, el auge de Podemos se debe a «cosas que generan malestar». Minimiza la corrupción de su partido porque «unas pocas cosas no son 46 millones de españoles». Niega los sobresueldos del PP con una ambigua frase: «No es cierto, salvo alguna cosa que han publicado los medios». Presume de conocimientos económicos afirmando que «lo que está de moda son cosas de las que no habíamos oído hablar, la prima de riesgo, las agencias de rating…». Y los catalanes le gustamos porque «hacen cosas». Este fin de semana ha vuelto a deleitarnos con su vocablo predilecto: «Detrás de los demagogos y populistas de todo signo hay millones de personas que no lo son, que quieren las cosas de los seres humanos normales».

Cosas de los seres humanos normales… ¿Quiénes seremos normales y quiénes anormales? ¿Y cuáles serán esas cosas que queremos? ¿Considerará Rajoy a los imputados de su partido como seres humanos normales? Si es así, las cosas que queremos son sobresueldos, tarjetas B, paraísos fiscales… Quizá ahí radica todo el embrollo. Lío, que diría Rajoy (otra de sus palabras preferidas). Quizá el presidente no sabe que las personas normales, básicamente, lo que queremos es ser felices. Y eso tiene bastante que ver con la salud, la educación, el trabajo, la vivienda y las expectativas. ¡Qué cosas!