La crisis y la Administración local

Las ciudades iluminan el camino

La imaginación y la valentía de los ayuntamientos son más necesarios que nunca para los ciudadanos

NÚRIA MARÍN

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Hoy los ayuntamientos y la ciudadanía nos sentimos muy solos. Muchas familias viven con angustia la falta de trabajo. En la Catalunya del siglo XXI hay pobreza, gente que pasa hambre y necesita ayudas públicas para llenar la nevera y poner un plato en la mesa a sus hijos y gente que no puede pagar la calefacción. En esta oscuridad en la que se encuentran muchas familias, la luz que las acompaña proviene del tejido ciudadano y de los ayuntamientos, que vemos con impotencia que los gobiernos central y de Catalunya han dado la espalda a los ciudadanos.

Más allá del inmovilismo y las quimeras que representa la opción de algunas administraciones, el mundo local tiene proyectos que generan oportunidades de presente y futuro para nuestras ciudades y que dan respuesta a las necesidades de la ciudadanía. El mundo local ha sabido salir adelante pese a las trabas y el desprecio que sufrimos. Tenemos ejemplos muy recientes en la recentralización impulsada por el Gobierno central o en la paralización, los recortes y los impagos de la Generalitat.

Los ayuntamientos somos y hemos sido a lo largo de los últimos 35 años verdaderos actores de integración y cohesión social, promotores de la lengua y la cultura catalanas y catalizadores de la modernización de la sociedad. Y tenemos vocación de continuar desarrollando políticas sociales activas para combatir las desigualdades crecientes. En estas últimas décadas hemos madurado. Ahora somos capaces de atender las necesidades urgentes del día a día y planificar el futuro de nuestras ciudades, y además hacerlo pensando que nuestros municipios no son un oasis en el desierto. Planificar proyectos estratégicos para nuestras ciudades sin tener en cuenta las potencialidades de los municipios que nos rodean y así aprovecharnos de posibles sinergias sería una irresponsabilidad.

La coordinación que hacemos L'Hospitalet y Barcelona con el Mobile World Congress es un ejemplo claro de cómo un proyecto hay que llevarlo a cabo con una estrategia colectiva que nos repercute a todos positivamente. El proyecto de futuro de L'Hospitalet, pues, no lo estamos planteando de espaldas a Barcelona o el área metropolitana. Más allá del día a día, el futuro económico debemos pensarlo en clave de área metropolitana, ya que es el elemento que nos une y nos hace fuertes para competir con el resto de mercados.

Desde L'Hospitalet aportamos valor añadido a la economía de Catalunya y potenciamos nuestra mejor marca internacional, económicamente hablando, que es la marca Barcelona. Hemos consolidado nuestro Districte Econòmic y la plaza de Europa como un gran motor de la economía catalana.

Tengo el convencimiento de que se saldrá de la crisis desde el mundo local, hoy en día somos la única administración que pisamos la calle y conocemos cuáles son las necesidades reales de la gente. Hoy el factor de cohesión social más importante es el empleo y planteamos la gran mayoría de nuestros proyectos para generarlo. Un ejemplo de este modo de hacer y de entender nuestra realidad son los dos proyectos que presentamos hace unos días y que reúnen estas características: visión metropolitana y generación de empleo.

Convertiremos la avenida de la Gran Via en un paseo hasta el río, dando continuidad al tramo que llega hasta la plaza de Europa. Con la transformación de la Gran Via ofrecemos también en el área metropolitana un espacio de desarrollo económico estratégico en el sector de la biomedicina, que atrae y genera más oportunidades de empleo. Hablamos de urbanismo al servicio de la transformación económica y social. Y lo haremos sin que ello cueste un euro a los ciudadanos de L'Hospitalet.

También crearemos el parque de Cal Trabal. Sus 25 hectáreas lo convertirán en uno de los parques más grandes de toda el área metropolitana y permitirán conservar nuestro pasado agrícola y preservar el patrimonio, y a la vez integrar el río Llobregat en la ciudad.

Otro elemento estratégico de futuro para cualquier sociedad es la cultura. Creemos que invertir en cultura es una manera de generar cohesión y de estimular el progreso, pero también una estrategia para desarrollar la economía y generar empleo. Ahora que el mundo cultural se ve un poco abandonado por las administraciones, nuestra apuesta por la cultura se concreta en la creación del Districte Cultural, un área urbana de centralidad en el municipio y el entorno metropolitano, un lugar de encuentro de la industria cultural, creadores y espacios de programación cultural.

Hoy los ayuntamientos somos más necesarios que nunca para garantizar el Estado del bienestar. Somos el motor necesario para salir de la crisis sin dejar a nadie atrás. Los alcaldes y las alcaldesas sabemos que no es tiempo de lamentaciones por la dureza de la crisis o por el maltrato de otros gobiernos. Ahora más que nunca la ciudadanía necesita nuestro liderazgo, nuestra imaginación, nuestra reivindicación, nuestro diálogo, nuestra valentía, nuestro realismo y nuestra decisión para afrontar los problemas.