Mi hermosa lavandería
Las caras del miedo
Isabel Coixet
Directora de cine
ISABEL COIXET
Inundan las secciones amarillas de todos los periódicos y revistas de cotilleo. A algunas las he visto muy de cerca y puedo confirmarlo: dan miedo. Pieles tirantes como un tambor, brillantes de colágeno. Ojos achinados. Labios deformados con formas extrañas. Pómulos imposibles. Narices que, de tan perfectas, parecen inhumanas. Uma, Nicole, Renée, Meg (foto), ¿qué os habéis hecho? ¿Quién os ha engañado? ¿Por qué? ¿Qué impulso suicida os lleva a poneros en manos de carniceros que no os devuelven algo que no se puede devolver, la juventud, y os transforman en algo mucho peor, en mujeres locamente desesperadas? Mujeres de 40 o 50 años, que ya no tienen edad y por eso parecen muchísimo más viejas.
Y sin embargo, entiendo muy bien las razones que os mueve a esta locura. Puedo imaginaros en vuestra casa con jardín y palmeras junto a la piscina, bajo el sol implacable de California, cubiertas con una pamela blanca y gafas oscuras, hojeando las revistas cuyas portadas ocupasteis durante tiempo y que hoy pueblan actrices recién salidas de series infantiles, vestidas (es un decir) de pseudostripper. Y puedo ver la angustia que sentís al leer los guiones que os envían donde ya siempre hacéis de madres con hijos que van a la universidad. Ya nunca sois la chica de la película o la amante o la superheroína o la aventurera o la criminal o la prostituta. Sois la mujer cuyo marido descubre que es gay o que ama a otra o que se aburre. Sois la madre del hijo drogadicto o cuya novia no os cae bien . Sois la mujer que tiene alzhéimer a los 50 o con nietos a los 48. Sois mujeres solas y amargadas. O mujeres solas y excéntricas. Ya ni siquiera tenéis que exigir un doble de cuerpo porque no os ofrecen escenas de cama. El mundo ya no os ve como sujetos deseables y cuando entráis en un restaurante, notáis las miradas de conmiseración: "¿No es esa…?".
Y entonces llamáis al teléfono del doctor que os recomendó alguien. Alguien, otra actriz que nunca os cayó bien, que también pasó por lo mismo. Aparece el doctor sonriente. Os convence. Os pellizca la piel y os pincha, la corta, lima, hincha, estira. Durante un instante, la esperanza es un bálsamo que hace que no sintáis el dolor y los moratones. El doctor sonriente os quita las vendas. ¿Quién es esa mujer que os mira perennemente asombrada desde el espejo? Y todo es mucho peor porque el mundo entero os vuelve a ver. Pero como una broma. Como un disparate. Como algo grotesco. Y los guiones que siguen llegando son con papeles de abuela, de matriarca, de mujer sola y amargada o loca. Y las portadas de las revistas siguen poblándose de adolescentes que protagonizan franquicias en las que seréis, con suerte, solo un personaje secundario. La cara que os devuelve el espejo es una cara en la que el miedo ya no puede borrarse.
- SociedadUn menor y un hombre que intentaba salvarlo mueren ahogados por el oleaje en la playa del Miracle de Tarragona
- SociedadDani Alves acude a firmar a la Audiencia de Barcelona para cumplir con las medidas impuestas para su libertad
- TiempoActivada la prealerta del plan Inuncat por lluvias en varios puntos de Catalunya: "Puede superar el umbral
- SanidadLa tosferina se dispara en Catalunya: los casos de este año ya multiplican por 13 los de todo 2023
- BarcelonaVídeo | Las olas causadas por la borrasca 'Nelson' vuelven a comerse las playas de Barcelona
- Internacional25 años de cárcel para Sam Bankman-Fried, el niño prodigio de las criptomonedas
- Ocio y CulturaMuere la periodista Anna Pérez Pagès, rigor y compromiso con la cultura
- SociedadDestrozos, puñaladas y "fiestas con escorts" en los nuevos rascacielos de lujo de Madrid: "Me fui por miedo