Pequeño observatorio

Lágrimas en casos de urgencia

Cuando soy víctima de la nostalgia, siempre comparece el presente y me pone a raya

Sabores errantes (1): nostalgia de madre.

Sabores errantes (1): nostalgia de madre. / periodico

Josep Maria Espinàs

Josep Maria Espinàs

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Sería impertinente preguntar al lector si es nostálgico. Además supondría un intento de introducirse en su identidad. Este tipo de impertinencias resultan, además de lamentables, realmente improductivas. La gente se explica cuando quiere y contesta como quiere y cuando quiere.

Y la añoranza es un sentimiento, tan sutil, tan difícilmente definible, tan dependiente de las circunstancias, de la sensibilidad personal, que una afirmación contundente de la cualidad de nostálgico no puede tener ningún valor. Hasta el punto de que no merece crédito ni la persona que afirma ser nostálgica ni la que, por su parte, niega serlo.

Se extendió mucho, hace, la canción de 'L’emigrant', con letra de Jacint Verdaguer y música de Amadeu Vives, que dice en una de sus estrofas: «Dolça Catalunya, pàtria del meu cor, qui de tu d’aquí s’allunya d’enyorança es mor».

La morriña gallega

Es también conocida la morriña gallega, la 'saudade', matices de la fina tristeza que puede acompañar el amor. Y en la Galicia marítima, donde disfruté de una de mis caminatas, una mujer marinera, con las piernas colgando sobre el agua del puerto, me cantó: «Aires, ariños aires, ariños da mia terra...» Y la curiosa paradoja gallega: «Sin añoranza no podemos vivir contentos».

Confieso que no soy nostálgico, pero procuro no decirlo porque los amigos se me echarían encima. Las expansiones sentimentales no siempre son bien recibidas cuando no coinciden con una sentimentalidad aceptada colectivamente. «Esto no te conmueve, ¿eso no te hace llorar?».

Todos tenemos nuestra particular constitución emotiva y nuestra capacidad de demostrarla. Yo también tengo mi capacidad para ser víctima de la nostalgia, pero siempre comparece el presente y me pone a raya.

Pero quiero tranquilizar al lector: conservo un escondido depósito de lágrimas para casos de emergencia.