Pequeño observatorio

La vida late en el 'con' y en el 'sin'

Las dos palabras construyen distintas realidades. Sirven, para valorar, juzgar y definir

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Me sobraba tiempo para llegar puntualmente a la cita que me había dado un gestor y decidí entrar en un bar que había en la casa de al lado. No tengo la costumbre de tomar nada a media mañana. Empujé la puerta y me detuve en la barra (antes decíamos mostrador). «Un café», dije. La costumbre. Se trataba solo de hacer tiempo, por lo que dije «un café» como hubiera podido decir una coca-cola o una naranjada.

Dije, pues, «un café» y el camarero me preguntó: «¿Con leche o sin leche?» «Sin», le dije. La segunda pregunta fue: «¿Con azúcar o sin?» Le precisé: «Con». Tercera pregunta: «¿Corto o largo?» «Un poco largo», le aclaré. Me di cuenta de que aquello de «algo» era, por mi parte, una indicación muy vaga. «Un poco» plantea un problema de precisión. Debe interpretarse dónde empieza y dónde termina la idea de «poco», por mi parte y por parte del camarero. Hay pocos discretamente consistentes y pocos devaluados, casi simbólicos.

Y dediqué los momentos que tenía libres antes de que me llegara el café para reflexionar sobre estas dos palabras, con y consin, que me había planteado el bárman, y que en ese momento habían adquirido mucha importancia para mí.

Un desierto con una palmera tenía una identidad, un desierto sin palmera no daba la imagen de desierto. Una conversación sin la aparición de un silencio no maduraba como conversación. Una noche sin luna no era tan visiblemente noche como una noche con luna. Un encuentro con una sonrisa es más encuentro que sin sonrisa. Un cielo sin nubes es menos cielo que con nubes.

Las dos pequeñas palabras, con y sin, construyen dos realidades diferentes. Sirven para valorar, juzgar, definir. Abrazar con afecto o sin afecto. Es la capacidad humana de elegir. Por eso nos equivocamos más que los animales. ¿Cuento contigo o tengo que hacerlo sin ti? El con y el sin son instrumentos de nuestra libertad cotidiana. Perdonen, no quería ir tan lejos.