tú y yo somos tres

La 'senyera' como taparrabos

FERRAN MONEGAL

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El uso de la cámara oculta para generar shows y risas televisivas ha sido un recurso exprimido hasta límites cansinos. Ahora el imperio Mediaset, a través de la cadena Cuatro, acaba de volver sobre el asunto presentándonos Guasabi. Su principal gancho es haber contratado a Eva Hache para presentarlo. Efectivamente, Eva les proporciona un plus. El otro ingrediente novedoso de esta sucesión de sketches es que no se trata de sorprender y tomarle el pelo a un famoso -que era lo habitual hasta ahora- sino que elaboran un tema ingenioso y esperan la reacción de la ciudadanía.  El tema estrella de este estreno ha sido Catalunya. El primer sketch ha sido incrustar de golpe a un catalán en Madrid, sin un euro en el bolsillo, sin pantalones porque los ha perdido en su despedida de soltero, y cubriéndose las vergüenzas con una senyera. Le pusieron en Atocha. Pedía dinero a los madrileños para poder regresar a Barcelona. La cámara oculta nos ha ofrecido las peripecias de este catalán («¡es la primera vez que estoy en España!», les decía a los viandantes para encabritarlos más todavía) y todos le aconsejaban que no circulara más así, que le podía pasar algo terrible («¡te van a matar!»). La única criatura que le dio dinero para poder regresar a Catalunya fue un anciano jubilado llamado Justo (no sabemos si también era un gancho del programa) que al grito de «ayudadle aunque sea catalán. ¡Todos somos hermanos!», le soltó 20 euros. Al concluir el juego, Eva Hache comentó: «Qué sutil metáfora: usar la bandera para taparse las vergüenzas. ¡Eso me suena!». O sea que los guionistas de este programa siguen la actualidad política de Catalunya.

Después nos hicieron otra cámara oculta colocando un control de carreteras en el límite entre Huesca y Catalunya, y advertían a los automovilistas que Mas había declarado la independencia y que los tanques ya estaban de camino.

Hombre, yo creo que les ha faltado tono muscular. Se han quedado cortos. Si buscaban un impacto -hoy arrear a Catalunya es un impacto de éxito seguro-, el catalán con la senyera debería haber acabado apaleado y colgado del oso y el madroño que hay en la Puerta del Sol. Y en el control fronterizo de Huesca debería haber aparecido directamente la Acorazada Brunete, con el pequeño Nicolás de tanquista abriendo camino.

Seguramente, haciéndolo así habrían superado la poquísima audiencia (5% de share) conseguida.