Al contrataquE

¿La salud es lo que importa?

MANEL FUENTES

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Será por el abuso informativo sobre cualquier cosa, declaración o atisbo de noticia alrededor de la consulta soberanista, pero el caso es que estamos relegando el debate sobre qué está pasando con servicios básicos a un renglón muy inferior. Y es desde esa nebulosa de perfil bajo donde se mueven bien los que nos van a desarmar para que, cuando nos demos cuenta, no nos queden trincheras para defender.

Nuestro sistema de pensiones tal y como lo conocemos ya está perdido para los que pagan y aún no han hecho uso de él, y la dramática y acelerada disminución de nuestro fondo de garantía hará que más pronto que tarde nos cuenten una realidad cruda de hechos consumados. Otro día hablaremos de quienes no quisieron corregir a tiempo el rumbo e implementar el sistema, pero hoy no quiero hablar de pensiones, sino de nuestro sistema sanitario. Hasta ahora solo han aflorado las legítimas quejas de los trabajadores del sector público, que ven cómo para ayudar a bancos, cajas y sus directivos, se les recortan salarios y material en los hospitales, yendo más allá de lo razonable con la manida excusa de la eficiencia. Pero, ¿qué pasa con el sector privado? Los fondos de inversión hace tiempo que les han echado sus garras y así, con hospitales comprados a un sobreprecio evidente, atornillan a sus trabajadores a través de sus nuevos gestores.

El de la salud va a ser un negocio sensacional en España y conviene ir tomando posiciones. Las mutuas sanitarias una vez han logrado suficiente masa crítica, con un número muy importante de clientes, han empezado a racanear el servicio.

Seguridad social de segunda

Por poner solo un ejemplo, desde hace unas semanas el Centro de Diagnóstico por la Imagen del Doctor Manchón, uno de los centros punteros para detectar los tumores de mama en Barcelona, ya no consta entre las opciones de algunas mutuas. Y estas, han creado centros, sin los mismos medios ni experiencia, que dan a entender a sus abonados que van a tener un servicio igual de eficaz. Y no es así. Hasta no hace mucho teníamos una gran sanidad pública y una privada más que buena a precio razonable a través de las mutuas, y hoy esto está cambiando. Las mutuas están haciendo una seguridad social de segunda con precios bajos para captar nueva clientela pero con un servicio que no es el que era.

El modelo Mercadona no se puede extrapolar a un sistema de salud. El profesional no puede trabajar por debajo del coste permanentemente. Por lo menos, no aquel que se ha formado y entiende que su trabajo no es ganar clientes sino curar personas. Los buenos profesionales privados se dispersarán y subirán precios, mientras nosotros estaremos pidiendo hora en la pública o yendo dando tumbos con una tarjeta de mutua de todo incluido buscando a un profesional que nos convenza.