Pequeño observatorio

La 'poética' muerte de un niño

En nuestro tiempo se está produciendo una gran inversión en perversión

JOSEP MARIA ESPINÀS

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La fotografía me ha impresionado. Quizá es más exacto decir que la impresión ha sido especialmente fuerte cuando he visto la información divulgada por Youtube. La foto muestra la cara de un niño que todavía tiene un poco de cara de niña a los 10 años. Armado con una modernísima ametralladora -no sé cómo puede aguantarla con un brazo-, sonríe a la cámara. La misma sonrisa que haría si quisiera decir «gracias, papi, por estos bombones».

Después de sonreír ante la foto, ese niño murió. Murió, con su padre, en un bombardeo de Estados Unidos en Siria. No es raro que una foto tan tierna y a la vez tan terrible los yihadistas la hayan hecho circular por internet. Un niño de 10 años, armado y vestido para la guerra, que es como decir vestido para la muerte. Porque la noticia habla también de un yihadista australiano que había viajado a Siria para luchar con el Estado Islámico y colgó un retrato de su hijo sosteniendo la cabeza de un soldado sirio. El texto que acompañaba a la imagen decía: «Mirad mi chaval».

La guerra es perversa. No se trata de hacer ahora un juego de palabras. Se trata de darse cuenta de que en nuestro tiempo se está produciendo una gran inversión en perversión. Llevar a los niños a la guerra, hacerles creer que con su muerte conseguirán no sé qué paraíso... Dice la noticia que los yihadistas «lloran a su mártir más joven». ¿No son los niños quienes deberían llorar la mortal crueldad de los adultos? Vuelvo a mirar la foto de la criatura armada y sonriente. «Es el mártir más joven», dicen. Quién sabe si en el ámbito del Estado Islámico algunas familias ya se preparan para que algún hijo pueda entrar en combate y morir con un año menos que el de la foto. No a los 10 años sino a los 9.

Pedro Antonio de Alarcón escribió en Diario de la guerra de África: «La guerra tiene su poesía peculiar, una poesía que sobrepuja en ciertos momentos a todas las inspiraciones del arte y de la naturaleza». Que poética, la muerte en combate de un niño de 10 años...