ANÁLISIS

La patrulla "anticaos"

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras.

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. / periodico

TONI AIRA

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Es el momento de los alcaldes. ¿Y un alcalde (o ex) para sustituir a Mariano Rajoy? Estos días convulsos en el PP, también ha sonado. El presidente del gobierno y su entorno en Moncloa ("¿dónde está Jorge Moragas que no sale en las fotos?", se pregunta más de uno) han proyectado una imagen de caos y de desconcierto que recuerda a la de Catalunya de hace tan solo unas semanas. La receta para superarlo será forzosamente diferente a la que se aplicó en Catalunya, pero podría ser que con algún punto de contacto. Dos conceptos, concretamente: paso a un lado y alcaldes.

"Los alcaldes son la patrulla anticaos", dice un veterano político no independentista que aplaude la maniobra de Artur MasArtur Mas al poner a Carles Puigdemont como 'president' de Generalitat. Él, de Girona, y hasta hace también pocas semanas, su tándem en el Govern, Oriol Junquerasalcalde de Sant Vicenç dels HortsSant Vicenç dels Horts. Y proyectan imagen de nueva etapa y de ir a lo concreto, sin demasiada parafernalia.

En el PSC lo saben de hace tiempo. Ellos, que tuvieron en el municipalismo su gran fuerza, y que ahora, a este nivel, es donde conservan lo poco que les queda, con grandes activos como la alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín, y la de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlón. En Convergència, por su parte, si cuaja la opción Puigdemont como nuevo liderazgo al frente del Govern, se entiende que este sería el broche de oro para culminar una operación de reconstrucción de un espacio político que debería edificarse en base a una serie de liderazgos jóvenes surgidos del municipalismo. ¿Nombres que emergen en este punto en todas las listas que circulan sobre posibles protagonistas de esta nueva etapa colegiada? La alcaldesa de Sant Cugat y presidenta de la Diputación de Barcelona, Mercè Conesa; el alcalde de Molins de Rei, Joan Ramon Casals; el alcalde de La Seu d'Urgell, Albert Batalla, o el de Igualada, Marc Castells. Ellos y unos cuantos más se identifican con "el milagro antigrasa" que podría quemar con eficacia aquello que en su día Xabier Arzalluz describió como "los michelines" que sobraban en su partido: los lastres del pasado, en forma de individuos o de estigmas.

Ahora en Plaça Sant Jaume mandan dos alcaldes frente a frente. Puigdemont y Ada Colau. Y los dos han entendido, por encima de las evidentes diferencias, que les conviene concretar soluciones. Como a tantos otros. Con los pies en el suelo. Es el momento de los alcaldes.