La clave

La mordaza y los tuits de Willy Toledo

Qué tiempos aquellos en los que para dar veracidad a una noticia se citaba la tele, la radio o el periódico donde nos habíamos informado

IOSU DE LA TORRE

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El matrimonio gay, el derecho a una muerte digna, la libertad de expresión, todas las conquistas alcanzadas con la universalización de la sanidad y la enseñanza, el divorcio y el derecho a abortar, fundamentan aquella máxima de que la sociedad siempre va por delante de las leyes. Ha sido la gente corriente, que no anónima, de este país la que propició una sociedad moderna y progresista. Hasta que llegó el PP de Mariano Rajoy.Quizá contagiado por la fiebre de la prensa deportiva, el presidente se ha propuesto batir un récord de velocista: adelantar a la sociedad cambiante con un orden nuevo que frene la evidencia de los acontecimientos. La cruzada marianarecibe el nombre de nueva ley de seguridad ciudadana. También ha sido bautizada como ley mordaza. Algunos van más lejos y la llaman la ley de la calle es mía, por aquel Manuel Fraga que contaba garbanzos y muertos en la Transición con idéntico vértigo verbal. Que se preparen los colectivos antidesahucios, los manifestantes espontáneos, los yayoflautas, los indepes, los que piensan en voz alta y se rebelan en un país que supera los cinco millones de desempleados y las decenas de miles de familias que solo pueden dar una comida al día a sus hijos.

Van a inflarlos a multas, en unos casos, y a golpes, en muchos otros.

Manda el Twitter

En la madrugada del domingo, cuando de las dos pasamos al estrés, Tele 5 mantuvo un debate sobre los tuits de Willy Toledo, el actor hiperanarquista que reclamó la libertad de Arnaldo Otegi. Por un largo rato, el Twitter suplantó a la tele como referente informativo. Qué tiempos aquellos en que para dar veracidad a una noticia se citaba la tele, la radio o el periódico donde nos habíamos informado. En la trifulca con Toledo, los partidarios de la mordaza clamaron en la red por que le taparan la boca. Sin éxito.

El Twitter, otra vez el Twitter, sacudió la tarde del domingo cuando Jorge de Cominges eligió la red para comunicar: «Acaba de morir Margarita Rivière. Gran mujer. Mi mujer». El último aliento de la primera jefa de Espectáculos que tuvo este diario, allá en 1978, cupo en menos de 140 caracteres.