MIRADOR

La moción darwinista

Para que un Gobierno aguante en España hay que presentarle una moción de censura

Rajoy e Iglesias, antes de reunirse en el Congreso en julio del pasado año.

Rajoy e Iglesias, antes de reunirse en el Congreso en julio del pasado año.

JOSÉ LUIS SASTRE

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Para que un Gobierno aguante en España hay que presentarle una moción de censura, que fue lo que superaron Adolfo Suárez y Felipe González y ahora superará Mariano Rajoy. La política avanza a tal velocidad -hace hoy un año andábamos aún repitiendo campaña electoral- que no hay quien la entienda con lógica, así que solo cabe dejarse llevar por sus contradicciones.

Como nunca le fue tan mal al PP, sometido a la vergüenza de una comisión de investigación por sus cuentas y a la afrenta de una amnistía fiscal inconstitucional, Rajoy espera salir fortalecido de lo que sería para cualquiera un contratiempo, que es la votación de una censura. Ese planteamiento se parece a su estrategia con Catalunya: ha dejado que las cosas llegaran a su momento crítico y ahora que el ‘procés’ tiene fecha y pregunta, espera que los demás le apoyen y se le forme solo un frente contra el soberanismo.

Para que un Gobierno aguante en España hay que presentarle una moción de censura, porque la moción de censura se tomó, como buena parte de la Constitución del 78, del modelo alemán de Bonn, que procuraba la estabilidad de los gobiernos. A lo mejor no lo parece, pero nuestro modelo quiso ser alemán. Quienes lo diseñaron no querían que los primeros ministros duraran unas pocas semanas como duraban en la Francia de la Cuarta República o en la Italia casi actual. Eso explica que en España se premie al resistente y, a diferencia de lo que ocurre en Suecia o en Grecia, un ministro se mantenga en su puesto aunque el Parlamento lo repruebe. Por eso aquí basta con mayoría simple para ser presidente pero hace falta mayoría absoluta para que te destituyan.

Aquí lo difícil es llegar, no mantenerse. De hecho, cuando de verdad se ha querido remover a un Gobierno no le se ha censurado, sino que se ha optado por la vía directa de tumbar sus Presupuestos, que fue lo que Jordi Pujol le hizo a Felipe González en 1995 para acelerar la llegada de José María Aznar. Por eso está Rajoy tan tranquilo aunque todo sean minas alrededor de su partido, porque él tiene aprobadas las cuentas de este año y ya negocia con Ciudadanos el techo de gasto para las que vienen.

Para que un Gobierno aguante en España hay que presentar una moción de censura y quizá eso es lo que promueve Pablo Iglesias, al que las encuestas hicieron creer hace un año en el 'sorpasso' y ha visto ahora el momento de presentarse como el líder de la alternativa, no vaya a ser que a la larga salga lo que no salió y se forme el gobierno a la portuguesa del que no deja de hablar Pedro Sánchez.

Se han ido a juntar en esta misma semana la moción de censura, la proclamación de Sánchez en el congreso socialista, la agitación del debate catalán y hasta el aniversario de las primeras elecciones de la transición como si se acercara el episodio final de la temporada y estuviéramos a punto de saber si muere uno de los protagonistas. El modelo es alemán y darwinista: el que resiste, gana. El episodio empieza este martes.