La mano que mece la ley del aborto

ENRIC HERNÀNDEZ

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El Gobierno se dispone a retocar la reforma de la ley del aborto, a través de una enmienda del PP, para despojar a las mujeres del derecho a decidir sobre su propio cuerpo«El aborto no es un derecho», ha proclamado el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, encargado de civilizar la retrógada norma que por su impopularidad hubo de enterrar Mariano Rajoy, abocando así a la renuncia a Alberto Ruiz-GallardónAlberto Ruiz-Gallardón. Si el presidente frustró la reforma legal por temor a su impacto electoral, ¿a qué viene ahora esta nueva rectificación? La respuesta está en la mano que mece la cuna de la doctrina ultracatólica en el seno del PP.

Defenestrados Gallardón y su ley, una docena (de los más de 300) diputados y senadores del PP enviaron una carta a Rajoy para anunciarle que rechazarán la ley si se limita a restituir la exigencia del permiso paterno para que la menores puedan interrumpir el embarazo. Desde entonces, Gobierno y partido negocian el texto con estos parlamentarios, bien conectados con la Conferencia Episcopal, para preservar la unidad interna y la disciplina de voto.

El fantasma de Fuerza Nueva

Los más conspicuos activistas de este lobi provida son el senador Ángel Pintado Ángel Pintadoy el diputado José Eugenio Azpiroz. El primero preside la plataforma Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia, de la que el segundo es secretario general. A modo de juramento, los fundadores de Acción Mundial se comprometieron a «rechazar todo proyecto de ley que acepte o suponga cualquier tipo de práctica abortiva, eugenésica, eutanásica, de encarnizamiento terapéutico, mutilante, clonizante o que manipule la vida humana».

Como firmantes de este "acta fundacional" solo figuran tres españoles: los citados Pintado y Azpiroz, junto a Rafael López-Diéguez, secretario general de Alternativa Española (AES), partido residual que acampa, en principio, a la derecha del PP. En la Transición, López-Diéguez militó en Fuerza Nueva a las órdenes de su suegro, el ultra Blas Piñar, que fue hasta su fallecimiento presidente honor de AES.

La mano que mece la cuna es la mano que gobierna el futuro de la ley del aborto. Válganos Señor.