La clave

La 'línea editorial' del Macba

ENRIC HERNÀNDEZ

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Sin conocer los entresijos que motivaron su decisión final, cuesta de entender que un gestor tan prudente y sensato como el director del Museu d'Art Contemporani de Barcelona (Macba), Bartomeu Marí, no calibrase la que se le venía encima al suspender la exposición 'La bèstia i el sobirà' por la presencia de una obra «inapropiada».

Si no hablásemos de arte sino de las Fallas, no dudaríamos en despreciar por su fealdad y mal gusto la escultura objeto de polémica. En 'Not dressed for conquering', composición de papel maché similar a las que en estos días arden en Valencia, aparecen, en postura poco estética y menos decorosa, tres personajes que, según testimonio de la artista, Ines Doujak, pretenderían representar al rey Juan Carlos, a la activista boliviana Domitila Barrios de Chúngara y un pastor alemán. Solo el can resulta completamente reconocible.

De no haber sido censurado, el engendro hubiera corrido la suerte que merecía: pasar sin pena ni gloria, como ya le sucedió al ser exhibido en Brasil. Pero, una vez vetado por el Macba, amenaza con convertirse en (abominable) icono de la libertad de expresión del artista frente al poder. Mal negocio para el arte, peor para el Macba, que así ve comprometida su buena reputación.

Reflexión o provocación

La controversia suscita un sugestivo debate sobre las fronteras entre el arte que mueve a la reflexión y el estrambote que solo busca provocar. Un debate ya abordado, con suma cautela, tras el ataque fundamentalista contra la revista 'Charlie Hebdo'.Marí trazó un arriesgado símil entre su responsabilidad al frente del Macba y la de un director de periódico: la obra, apuntó, «está en contradicción con lo que podríamos denominar la línea editorial del museo». Merece respuesta.

Este diario publica cientos de informaciones, viñetas, entrevistas y tribunas de opinión divergentes o abiertamente contradictorias con su línea editorial, que, como reza la página anterior, «se expresa solo en los editoriales». Los puntos de vista dispares conforman una miscelánea plural y diversa que enriquece nuestra oferta editorial. Con solo dos límites: el respeto y el buen gusto. He aquí la diferencia.