Pequeño observatorio

La historia del chapapote aún está viva

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Me quedo sorprendido al leer la noticia de que se condena a dos años de prisión al capitán del 'Prestige'. ¡Pero si ya hace 15 o 16 años del naufragio de aquel barco en la costa de Galicia! Ahora parece que se ha llegado a una conclusión: el capitán del barco, dice la justicia, decidió hacer la travesía cuando era previsible que se encontrara con unas condiciones meteorológicas muy adversas. Y la embarcación llevaba una gran cantidad de fueloil. Se llegaron a derramar miles de toneladas en el mar, y el desastre se hizo famoso con el nombre de 'chapapote', aquel líquido denso y negruzco que se apoderó de la costa gallega.

Yo vi ese chapapote casi rozando mis pies cuando, en un viaje a pie por Galicia, llegué a la costa, camino de Camariñas. Ver cómo las olas negras se infiltraban entre las rocas, cuando iban y venían, era un espectáculo que no he olvidado.

Hablé con cinco o seis hombres, que eran soldados enviados a limpiar el chapapote. Llevaban un vestuario protector y se dedicaban a la dura tarea de ir recogiéndolo para meterlo dentro de unos sacos. Me dijeron que en otros lugares intentaban limpiar las rocas con máquinas a presión y que ellos tenían que ser sustituidos de vez en cuando. «A la mínima quedas rebozado».

¿Cuánto tiempo ha pasado de todo aquello? Lo he recordado ahora, cuando todavía se está discutiendo. El Tribunal Supremo «abre la puerta» -todavía un trámite más- para que se tenga en «consideración» la responsabilidad civil directa de la aseguradora y de la nave.

Me hago cargo de que no se puede ir deprisa cuando el responsable civil no es una sola aseguradora, sino The London Steamship Owners Mutual Insurance Association y la subsidiaria Mare Shipping Inc... Entre otras deficiencias, el 'Prestige' llevaba un exceso de peso.

A veces, parece que la Administración de justicia naufraga, o al menos encalla, en el pedregal de las responsabilidades. Chapapote ya es sinónimo de inconsciencia y caos.