Al contrataque

La culpa es suya

ANTÓN LOSADA

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Al presidente Rajoy solo le faltó comparecer con un gorrito y un matasuegras y repartir bolsitas de cotillón entre la prensa durante su comparecencia para hacer balance del año. Todo eran buenas noticias. Hubo anuncios de pequeños aguinaldos navideños para toda suerte de votantes. La corrupción está arreglada porque ya vamos por la tercera ley aprobada para acabar con ella para siempre. En Catalunya podemos quedarnos tranquilos porque tenemos un Artur Mas a quien culpar de todo cuanto vaya mal. Y si algo falla hay plan B: se llama al PSOE y se le monta otro lío a Pedro Sánchez para que nos distraigamos un rato con la sonata de la 'gran coalición'. Es el signo de los tiempos. Hace dos años, España se hundía en el abismo. Ahora nos hemos convertido en la locomotora que tira de Europa y el pasmo de Occidente. El 'marianismo' tiene estas cosas. Hace del milagro algo normal.

La crisis ya es tan historia del pasado que el mismo Gobierno que devuelve 6.000 millones de euros a las grandes corporaciones y patrimonios con la reforma fiscal que lleva meses publicitando, se siente rumboso y sube las pensiones y el salario mínimo poco más de un par de euros al mes. A ver si así vamos notando que 2015 será el año del 'gran salto adelante', que los votantes parecen niños y hay que repetírselo todo cien veces.

Si usted no se ha percatado todavía de lo bien que va todo, sepa que Mariano Rajoy va a dedicar cuanto queda de legislatura a explicárselo a conciencia. Lo hará porque él es así y tiene esa vocación de servicio pero lo cierto es que si no nos hemos enterado todavía, la culpa es nuestra. Nos falla la cultura del esfuerzo. Está más que claro que en España hay mucha gente que no se esfuerza lo suficiente en aprender macroeconomía como es debido para saber apreciar el fin de la crisis.

Desigualdad y millonarios

Si la gente no nota la recuperación se debe a que o no entienden o se pierden en las cifras y no prestan la debida atención cuando hablan los ministros. En ningún caso puede explicarse porque España se haya convertido en el país de la Unión Europea donde más han aumentado la desigualdad, los millonarios y la pobreza, más han bajado los salarios y más han crecido el paro y la desprotección de los parados.

Si la gente no aprecia la recuperación económica se debe a que no ven suficientes telediarios y a que desconocen la estadística más básica. De ninguna manera puede responder a que nuestras cifras de inversión en sanidad o educación hayan retrocedido 30 años, o a que seis de cada diez contratos de trabajo firmados este año no hayan superado el mes de duración y cuatro de cada diez jóvenes con empleo apenas ganen mil euros al mes. Eso sería la realidad y este Gobierno prefiere amordazarla por ley.