La clave

La barbarie en internet

ENRIC HERNÀNDEZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La revolución digital nos enfrenta a dilemas morales que merecen una reflexión sosegada, incompatible con la cultura de la inmediatez que impone internet.

En el caso de la prensa de prestigio, es común la disyuntiva de si deben o no publicarse fotos truculentas de masacres terroristas o matanzas bélicas. Si difundir tales imágenes solo sirve para alimentar el morbo y la audiencia, la respuesta es –o debería ser siempre– negativa, pues no cabe complicidad alguna con la propaganda terrorista. Si, por contra, divulgar una foto ayuda a denunciar una atrocidad, concienciar a la sociedad y evitar que los gobiernos miren para otro lado, entonces el periodismo cumple su función. Pero internet ha hecho saltar por los aires esa frontera ética, siempre lábil. Con la eclosión de las redes sociales, los blogs y otros sitios de internet desprovistos de cualquier pauta de conducta, la propaganda –sea terrorista o de otra índole– y las mentiras –ajenas a todo contraste periodístico– se expanden por la red con el poder letal del peor de los virus. 

Un buen ejemplo son los vídeos en los que el Estado Islámico (EI) muestra la decapitación de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff, tras meses de cautiverio. Todo, desde las amenazas a Obama hasta el montaje, pasando por los encuadres y las elipsis, está minuciosamente ideado para explotar la brutal fuerza intimidatoria que tienen las imágenes en acción. Los vídeos son pura bazofia, la secreción audiovisual de unas mentes enfermas, pero su magnetismo es innegable. Justamente por eso, y por respeto a los reporteros salvajemente ejecutados, los medios de comunicación con principios nos hemos negado a reproducirlos.

Ni ética, ni impuestos

Pero los vídeos siguen en Youtube –tan diligente, al servicio de las majors, en la persecución de las películas pirata– o vía Twitter, que sí cancela los perfiles de quienes divulgan las fotos íntimas robadas a celebrities de HollywoodSuperada la fase de la fascinación, los usuarios no deberíamos permitir que los gigantes de internet pretendan operar como medios de comunicación, pero liberados de todo código ético... o de pagar impuestos.